El amoniaco es un contaminante producido por el uso de fertilizantes en cultivos agrícolas - FLICKR
MADRID, 5 Nov. (EUROPA PRESS) -
La reducción de las emisiones de amoniaco podría ser una forma más rentable de limitar la contaminación atmosférica por partículas finas que la reducción centrada en el óxido de nitrógeno.
Es la conclusión de un nuevo estudio publicado en Science.
El amoniaco se utiliza ampliamente en la producción de fertilizantes agrícolas, fundamentales para el cultivo de gran parte de los alimentos del planeta. Pero aunque es importante para la seguridad alimentaria mundial, las emisiones de amoniaco en la agricultura también tienen un impacto negativo en el medio ambiente y representan una fuente importante de contaminación atmosférica.
Cuando se libera en el aire, el amoniaco (NH3) se une a los óxidos de nitrógeno (NOx) y al dióxido de azufre para formar partículas finas. Estas partículas, de menos de 2,5 micrómetros de diámetro (PM2,5), se asocian a menudo con graves consecuencias para la salud, incluida la muerte.
Según la Organización Mundial de la Salud, la contaminación atmosférica por PM2,5 es la mayor amenaza medioambiental para la salud humana, por lo que la mitigación de sus precursores -NH3 y NOx- es una prioridad para muchos países del mundo.
Sin embargo, aún no se ha determinado la contribución global relativa de las emisiones de NH3 y NOx a los impactos de las PM2,5 en la salud humana. Mientras que se han realizado muchos esfuerzos para reducir las emisiones de NOx, la forma mejor y más rentable de reducir la contaminación atmosférica por PM2,5 sigue siendo difícil de encontrar.
Para abordar estas incógnitas, Baojing Gu, de la Universidad de Zhejiang, en China, y sus colegas desarrollaron una nueva métrica que denominan "cuota de N" de la contaminación por PM2,5, que es el cambio relativo de la concentración total de PM2,5 con y sin emisiones de nitrógeno reactivo como el NH3, y evaluaron su impacto desde 1990 hasta 2013.
Los investigadores descubrieron que las emisiones de nitrógeno causaron aproximadamente 23,3 millones de años de vida perdidos en 2013, un total que corresponde a un coste económico de 420.000 millones de dólares.
Según los autores, el coste de reducción de las emisiones de amoniaco es sólo el 10% de lo que costaría eliminar una cantidad equivalente de NOx. Por tanto, reducir las emisiones de NH3 sería una forma más rentable de limitar las PM2,5 y mitigar sus efectos nocivos para la salud que centrarse únicamente en la reducción de los NOx.
"El estudio demuestra que se calcula que la carga global de enfermedad asociada a la exposición a la contaminación atmosférica por nitrógeno causa millones de muertes y años de vida sana perdidos anualmente y, junto con los contratiempos económicos, costará mucho más solucionarla mañana que si se actúa hoy", escribe Jan Erisman, de la Universidad Leiden, en Países Bajos, en una Perspectiva relacionada.