Paisaje de una ciudad dle desierto integrada en su entorno - UMBC
MADRID, 20 Abr. (EUROPA PRESS) -
El uso del suelo por parte de las sociedades humanas ha modificado la ecología en la mayor parte de la tierra durante al menos 12.000 años, pero casi siempre y hasta hace unos siglos de forma sostenible.
El equipo de investigación, formado por más de diez instituciones de todo el mundo, revela que la principal causa de la actual crisis de la biodiversidad no es la destrucción humana de tierras silvestres deshabitadas, sino la apropiación, la colonización y la intensificación del uso de tierras que antes se gestionaban de forma sostenible.
Los nuevos datos --publicados en Proceedings of the National Academy of Sciences-- anulan reconstrucciones anteriores de la historia del uso de la tierra a nivel mundial, algunas de las cuales indicaban que la mayor parte de la tierra estaba deshabitada incluso en el año 1500 de la era moderna. Además, este nuevo estudio respalda el argumento de que una forma esencial de acabar con la actual crisis de biodiversidad de la Tierra es potenciar la gestión medioambiental de los pueblos indígenas y las comunidades locales de todo el planeta.
"Nuestro trabajo demuestra que la mayoría de las zonas que se describen como 'intactas', 'salvajes' y 'naturales' son en realidad zonas con una larga historia de habitabilidad y uso por parte de los humanos", afirma en un comunicado Erle Ellis, profesor de geografía y sistemas ambientales de la UMBC (Universidad de Maryland Baltimore County) y autor principal.
Señala que pueden interpretarse así porque en estas zonas, "las sociedades utilizaron sus paisajes de forma que mantuvieron la mayor parte de su biodiversidad nativa e incluso aumentaron su biodiversidad, productividad y resiliencia".
El equipo de investigación interdisciplinar incluye geógrafos, arqueólogos, antropólogos, ecologistas y científicos de la conservación de Estados Unidos, Países Bajos, China, Alemania, Australia y Argentina, y reúnen sus conocimientos y experiencia en un estudio a gran escala que requiere un enfoque altamente colaborativo. Comprobaron hasta qué punto los patrones globales de uso de la tierra y de población a lo largo de 12.000 años estaban asociados estadísticamente con los patrones globales contemporáneos de alto valor de biodiversidad dentro de las áreas prioritarias para la conservación.
"Nuestros mapas globales muestran que, incluso hace 12.000 años, casi tres cuartas partes de la naturaleza terrestre estaban habitadas, utilizadas y moldeadas por el hombre --afirma Ellis--. Las zonas no tocadas por el hombre eran casi tan raras hace 12.000 años como lo son hoy".
Las prácticas culturales de los primeros usuarios de la tierra tuvieron cierto impacto en las extinciones. Sin embargo, en general, el uso de la tierra por parte de las comunidades indígenas y tradicionales mantuvo la gran mayoría de la biodiversidad de la Tierra durante milenios. Este hallazgo llega en un momento crítico en el que es necesario desarrollar respuestas sostenibles a largo plazo para nuestros mayores problemas medioambientales.
"El problema no es el uso humano en sí mismo --explica la profesora y coautora Nicole Boivin, del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia de la Humanidad de Jena (Alemania)--. El problema es el tipo de uso de la tierra que vemos en las sociedades industrializadas, caracterizado por prácticas agrícolas insostenibles y una extracción y apropiación sin paliativos".
Para entender realmente la naturaleza terrestre de hoy, es necesario comprender la profunda historia humana de esa naturaleza. Fuera de unas pocas zonas remotas, "la naturaleza, tal como la conocemos, fue moldeada por las sociedades humanas a lo largo de miles de años", dice Ellis. Cree que los esfuerzos de conservación y restauración "no tendrán éxito si no se da poder a los indígenas, a los tradicionales y a los locales, que conocen su naturaleza de un modo que los científicos sólo están empezando a comprender".
Los autores sostienen que sus conclusiones confirman que la conservación y restauración de la biodiversidad se beneficiarán si se cambia el enfoque de preservar la tierra de una forma imaginada como "intacta" a apoyar a los pueblos tradicionales e indígenas cuyas prácticas de uso de la tierra han ayudado a mantener la biodiversidad a largo plazo.
"Este estudio confirma, a una escala que no se conocía hasta ahora, que los pueblos indígenas han gestionado e influido en los ecosistemas durante miles de años, principalmente de forma positiva --afirma Darren J. Ranco, profesor asociado de antropología y coordinador de la investigación sobre los nativos americanos en la Universidad de Maine--. Estas conclusiones tienen especial relevancia para los derechos y la autodeterminación de los indígenas contemporáneos".
Ranco, ciudadano de la nación india Penobscot, señala que los pueblos indígenas ejercen en la actualidad algún nivel de gestión de alrededor del 5% de las tierras del mundo, en las que existe el 80% de la biodiversidad mundial. Aun así, los indígenas han sido excluidos de la gestión, el acceso y la habitabilidad de las tierras protegidas en lugares como los Parques Nacionales de Estados Unidos.
"También debemos asegurarnos de que los nuevos intentos de proteger las tierras y la biodiversidad no sean una mera toma verde de las tierras indígenas --afirma Ranco--. No podemos recrear lo peor de las políticas coloniales destinadas a excluir a los indígenas, lo que sin duda empeoraría mucho la situación para el medio ambiente y la humanidad".
"Nuestra investigación demuestra las conexiones entre las personas y la naturaleza que abarcan miles de años --destaca Torben Rick, coautor del estudio y conservador de Arqueología de América del Norte en el Museo Nacional de Historia Natural del Smithsonian--. Estas conexiones son esenciales para entender cómo hemos llegado al presente y cómo conseguir un futuro más sostenible".
Esta investigación representa una nueva forma de colaboración entre la arqueología, la ciencia del cambio global, la conservación y los estudiosos del conocimiento indígena. Los coautores esperan que este trabajo abra la puerta a un mayor uso de los datos de la historia del uso global de la tierra por parte de científicos naturales, responsables políticos, activistas y otros.
Los líderes de diversos campos pueden utilizar estos datos, señalan, para comprender mejor y colaborar con los pueblos indígenas, tradicionales y locales para conservar la biodiversidad y los ecosistemas a largo plazo.
"Está claro que las perspectivas de los pueblos indígenas y locales deben estar en la vanguardia de las negociaciones mundiales para reducir la pérdida de biodiversidad --destaca Rebecca Shaw, científica jefe del Fondo Mundial para la Naturaleza y otra coautora del estudio--. Hay una crisis global en la forma en que la tierra utilizada tradicionalmente ha sido transformada por la escala y la magnitud del desarrollo humano intensivo. Tenemos que cambiar el rumbo si queremos mantener a la humanidad durante los próximos 12.000 años".