MADRID, 5 Dic. (EUROPA PRESS) -
Científicos de la Universidad de Kobe han descrito un caso único en que las mismas especies de insectos polinizan una planta y distribuyen sus semillas, resolviendo un misterio botánico.
En los sotobosques oscuros y húmedos de los bosques subtropicales de la isla de Shimoshima en Japón crecen plantas parásitas que se alimentan de las raíces de otras plantas. Se llaman Balanophora, y durante más de un siglo, el mecanismo de dispersión de sus semillas ha sido un misterio. Se ha sugerido que las diminutas semillas son arrastradas por el viento, pero en los sotobosques de los bosques (sub)tropicales hay poco o ningún viento. Algunas especies de plantas entre las Balanophora son de un rojo brillante, parecidas a las fresas, y atraen a los pájaros y conejos para que se las coman y dispersen así las semillas. Sin embargo, otras, como la Balanophora subcupularis, tienen colores apagados y un olor a levadura, lo que hace improbable que intervengan vertebrados. El mecanismo de polinización de la planta tampoco ha quedado claro.
El botánico SUETSUGU Kenji de la Universidad de Kobe se especializa en comprender las interacciones entre estas plantas parásitas y sus ecosistemas circundantes, incluido el papel crucial, pero a menudo pasado por alto, de los polinizadores invertebrados y los dispersores de semillas. Para averiguar quién ayuda a B. subcupularis en su reproducción, él y su equipo observaron las plantas durante más de 100 horas y tomaron decenas de miles de fotografías nocturnas automatizadas mientras la flor estaba en flor o daba frutos, identificando a los visitantes. Además, realizaron experimentos de exclusión de animales y experimentos de alimentación de semillas para determinar si los animales en las fotografías son realmente polinizadores y dispersores de semillas efectivos.
En dos artículos consecutivos publicados en la revista Ecology, el equipo de la Universidad de Kobe publicó que B. subcupularis es polinizada por hormigas y grillos camello, que visitan las plantas en busca de polen y néctar. Sorprendentemente, estas mismas especies también se alimentan más tarde de las hojas carnosas que transportan las semillas, lo que ayuda a la dispersión de las mismas. "Es bien sabido que muchas plantas dependen de los insectos para la polinización, aunque es raro que lo hagan las hormigas y los grillos. Además, muchas plantas utilizan aves y mamíferos para distribuir sus frutos, y de nuevo es muy inusual que los grillos u otros artrópodos diminutos asuman esta función. Aún más sorprendente, es muy raro que el mismo animal realice ambas funciones, y es único que lo hagan los mismos invertebrados", dice en un comunicado Suetsugu sobre su sorpresa por este hallazgo.
El botánico de la Universidad de Kobe sugiere que esta rara combinación de funciones de polinización y distribución de semillas puede estar influenciada por dos factores. En primer lugar, "B. subcupularis florece a finales de año, cuando muchos polinizadores típicos, como las abejas, son menos activos. Además, nuestro sitio de estudio es una pequeña isla en el extremo norte de la distribución de la planta, lo que podría contribuir a la escasez de polinizadores y dispersores de semillas".
Suetsugu también destaca las implicaciones más amplias de estos hallazgos: "Esto subraya la importancia de los invertebrados en la reproducción de las plantas y nos anima a analizar más a fondo cómo evolucionan estas relaciones y qué factores ambientales impulsan estas adaptaciones únicas. En términos más prácticos, nuestros hallazgos también contribuyen a las estrategias de conservación de plantas raras y en peligro de extinción como Balanophora subcupularis. Comprender su dependencia de invertebrados específicos tanto para la polinización como para la dispersión de semillas ayuda a orientar los esfuerzos de preservación del hábitat y la gestión de las poblaciones de invertebrados, que son cruciales para la supervivencia de estas plantas".