Los lobos grises derriban a un caballo en el hábitat de estepa mamut de Beringia durante el Pleistoceno tardío (hace unos 25.000 años). - JULIUS CSOTONYI
MADRID, 13 Abr. (EUROPA PRESS) -
Los lobos grises, uno de los mayores depredadores que sobrevivió al final de la última edad de hielo, hace 11.700 años, sorteó la extinción gracias a su capacidad para cambiar de dieta.
Un nuevo estudio dirigido por el Canadian Museum of Nature muestra su adaptación durante miles de años, desde una dependencia primaria de los caballos durante el Pleistoceno hasta el caribú y el alce de hoy. Los resultados se publican en la revista Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology.
El equipo de investigación, dirigido por la paleontóloga del museo Danielle Fraser y la estudiante Zoe Landry, analizó la evidencia conservada en dientes y huesos de cráneos de lobos grises antiguos (hace 50.000 a 26.000 años) y modernos. Todos los especímenes fueron recolectados en Yukon, una región que una vez sostuvo el ecosistema de estepa y mamut de Beringia, y están conservados en las colecciones nacionales del museo, así como en las del gobierno de Yukon.
"Podemos estudiar el cambio en la dieta examinando patrones de desgaste en los dientes y rastros químicos en los huesos del lobo", dice en un comunicado Landry, el autor principal que completó el trabajo como estudiante de la Universidad de Carleton bajo la supervisión de Fraser. "Estos pueden decirnos mucho sobre cómo comió el animal y qué estuvo comiendo durante toda su vida, hasta unas pocas semanas antes de morir".
Landry y Fraser se basaron en modelos establecidos que pueden determinar el comportamiento alimentario de un animal examinando patrones microscópicos de desgaste en sus dientes. Las marcas de arañazos indican que el lobo habría estado consumiendo carne, mientras que la presencia de hoyos sugeriría masticar y roer huesos, probablemente como carroñero.
El análisis mostró que las marcas de arañazos prevalecían tanto en los dientes de lobo antiguos como en los modernos, lo que significa que los lobos continuaron sobreviviendo como depredadores primarios, cazando a sus presas.
Entonces, ¿qué estaban comiendo los lobos grises? La dieta moderna --caribú y alce-- está bien establecida. La dieta de los lobos antiguos se evaluó observando las proporciones de isótopos de carbono y nitrógeno extraídos del colágeno en los huesos. Los niveles relativos de isótopos se pueden comparar con indicadores establecidos para especies específicas. "Aquí entra en juego el axioma, eres lo que comes", dice Landry.
Los resultados mostraron que los caballos, que se extinguieron durante el Pleistoceno, representaron aproximadamente la mitad de la dieta del lobo gris. Aproximadamente el 15% provino de caribúes y ovejas de Dall, con algunos mamuts mezclados. Todo esto en un momento en que los lobos antiguos habrían coexistido con otros grandes depredadores como los gatos cimitarra y los osos de cara corta. La eventual extinción de estos depredadores podría haber creado más oportunidades para que los lobos hicieran la transición a nuevas especies de presas.
"Esta es realmente una historia de supervivencia y adaptación a la edad de hielo, y la construcción de una especie hacia la forma moderna en términos de adaptación ecológica", señala el doctor Grant Zazula, coautor del estudio y paleontólogo del Gobierno de Yukon, quien es experto en los animales de la edad de hielo que poblaron Beringia.
Los hallazgos tienen implicaciones para la conservación hoy. "Los lobos grises mostraron flexibilidad para adaptarse a un clima cambiante y un cambio en el hábitat de un ecosistema de estepa a un bosque boreal", explica Fraser. "Y su supervivencia está estrechamente relacionada con la supervivencia de las especies de presas que pueden comer".
Dada la dependencia de los lobos grises modernos en el caribú, los autores del estudio sugieren que la preservación de las poblaciones de caribú será un factor importante para mantener una población de lobos saludable.