Panda pasa casi inadvertido en su entorno nevado - FUWEN WEI
MADRID, 28 Oct. (EUROPA PRESS) -
Técnicas de análisis de imágenes de vanguardia han servido para demostrar, de manera contradictoria, que el patrón único de alto contraste en la piel funciona para camuflar al panda gigante.
Si bien la mayoría de los mamíferos son pardos y grises, hay una pequeña cantidad de excepciones bien conocidas e intrigantes, como cebras, zorrillos y orcas. Quizás el más famoso de todos, sin embargo, es el panda gigante.
El equipo internacional liderado por la Universidad de Bristol analizó fotografías raras de los pandas gigantes, tomadas en su entorno natural. Descubrieron que sus parches de pelaje negro se mezclan con tonos oscuros y troncos de árboles, mientras que sus parches blancos combinan con el follaje y la nieve cuando están presentes.
Además, los tonos de pelaje marrón pálido poco frecuentes coinciden con el color de fondo, proporcionando un color intermedio que cierra la brecha entre los elementos visuales muy oscuros y muy claros en el hábitat natural. Los resultados son consistentes ya sea que se vean por modelos de visión humanos, felinos o caninos; los dos últimos representan depredadores de los panda.
A continuación, los investigadores examinaron una segunda forma de camuflaje, la coloración disruptiva, en la que los límites muy visibles en la superficie de un animal rompen su contorno, en el caso del panda, los límites entre los grandes parches de piel blancos y negros. Descubrieron que los pandas gigantes muestran esta forma de coloración defensiva, especialmente a distancias de observación más largas.
Finalmente, los investigadores utilizaron una nueva técnica de mapas de colores para comparar una métrica de similitud con el fondo en una variedad de especies, así como en el panda gigante. Este análisis comparativo confirmó que el parecido de fondo del panda gigante cayó sólidamente dentro de otras especies que tradicionalmente se consideran camufladas.
El profesor Tim Caro de la Facultad de Ciencias Biológicas de Bristol explicó en un comunicado: "Sabía que teníamos razón cuando nuestros colegas chinos nos enviaron fotografías de la naturaleza y no pude ver al panda gigante en la imagen. Si no podía verlo con mis buenos ojos de primates, eso significaba que los posibles depredadores carnívoros con su vista más pobre podrían no ser capaces de verlo tampoco. Fue simplemente una cuestión de demostrar esto objetivamente".
El estudio se ha publicado en Scientific Reports.