Mapa de la isla de Nueva Guinea y ejemplos de frutos de M. acuminata - SARDOS ETY AL./FRONTIERS IN PLANT SCIENCE
MADRID, 10 Oct. (EUROPA PRESS) -
El genoma de las variedades domesticadas de bananas en la actualidad contiene rastros de tres ancestros adicionales, aún desconocidos, ha revelado un nuevo estudio.
Se cree que las bananas fueron domesticadas por primera vez hace 7.000 años en la isla de Nueva Guinea. Pero la historia de domesticación es complicada, mientras que su clasificación es objeto de acalorados debates, ya que los límites entre especies y subespecies a menudo no están claros. Ahora, un estudio en Frontiers in Plant Science muestra que esta historia es aún más compleja de lo que se pensaba.
"Aquí mostramos que la mayoría de las bananas diploides -que presenta en su núcleo dos juegos de cromosomas homólogos- cultivadas en la actualidad que descienden del banano silvestre M. acuminata son híbridos entre diferentes subespecies. Al menos tres 'ancestros misteriosos' extra salvajes deben haber contribuido a este genoma mixto hace miles de años, pero aún no han sido identificados", dijo la doctora Julie Sardos, científica de The Alliance of Bioversity International y primer autor del estudio.
Se cree que los bananos domesticados (a excepción de los bananos Fei en el Pacífico) descienden de un grupo de cuatro ancestros, ya sea una subespecie del banano silvestre Musa acuminata, o especies distintas pero estrechamente relacionadas. M. acuminata parece haber evolucionado en las tierras fronterizas entre India y Myanmar, y haber existido en Australasia aproximadamente 10 millones de años antes de que fuera domesticada por primera vez. Otra complicación es que las variedades domesticadas pueden tener dos ('diploides'), tres ('triploides') o cuatro ('tetraploides') copias de cada cromosoma, y que muchas también descienden de la especie silvestre M. balbisiana.
Estudios recientes a menor escala sugirieron que incluso este escenario ya complejo podría no ser la historia completa, y que otros ancestros relacionados con M. acuminata podrían haber estado involucrados en la domesticación. Los nuevos resultados no solo confirman que este es el caso, sino que también muestran por primera vez que estos conjuntos de genes son comunes en los genomas de bananos domesticados.
Los autores secuenciaron el ADN en 226 extractos de hojas de la colección más grande del mundo de muestras de banano en The Alliance of Bioversity International y el 'Centro de Tránsito de Germoplasma Musa' del CIAT en Bélgica. Entre estas muestras, 68 pertenecían a nueve subespecies silvestres de M. acuminata, 154 a variedades domesticadas diploides descendientes de M. acuminata y cuatro especies silvestres e híbridos más distantes como comparación. Muchos se habían reunido previamente en "misiones de recolección de banano" dedicadas a Indonesia, la isla de Nueva Guinea y la región autónoma de Bougainville.
Primero, los investigadores midieron los niveles de relación entre los bananos silvestres y cultivados y crearon "árboles genealógicos" basados en la diversidad de 39.031 polimorfismos de nucleótido único (SNP). Utilizaron un subconjunto de estos, distribuidos uniformemente en el genoma, con cada par demarcando un bloque de aproximadamente 100.000 'letras de ADN', para analizar estadísticamente la ascendencia de cada bloque. Por primera vez detectaron rastros de otros tres ancestros en el genoma de todas las muestras domesticadas, para las cuales aún no se conocen coincidencias en la naturaleza.
Los ancestros misteriosos podrían haberse extinguido hace mucho tiempo. "Pero nuestra convicción personal es que todavía viven en algún lugar de la naturaleza, ya sea mal descritos por la ciencia o no descritos en absoluto, en cuyo caso probablemente estén amenazados", dijo Sardos.
"Nuestras comparaciones genéticas muestran que el primero de estos ancestros misteriosos debe haber venido de la región entre el Golfo de Tailandia y el oeste del Mar de China Meridional. El segundo, de la región entre el norte de Borneo y Filipinas. El tercero, de la isla de Nueva Guinea", afirman los investigadores.