MADRID, 27 Nov. (EUROPA PRESS) - El material genético puede sobrevivir a un vuelo por el espacio y el reingreso en la atmósfera de la Tierra, conservando la capacidad de transmitir la información genética. Un equipo de científicos de la Universidad de Zurich ha obtenido estos asombrosos resultados durante un experimento en la misión de investigación a bordo de cohetes Texus-49. Aplicada a la capa exterior de la sección de carga de un cohete mediante pipetas, pequeñas moléculas de ADN de doble cadena volaron al espacio desde la Tierra y regresaron. Tras el lanzamiento, el vuelo espacial, el reingreso en la atmósfera y el aterrizaje de la Tierra, las denominadas moléculas de ADN plásmido fueron encontradas en todos los puntos de muestra en el cohete de la misión Texus-49. Y esta no fue la única sorpresa: En su mayor parte, el ADN recuperado estaba incluso en condiciones de transferir información genética a las células del tejido conectivo y bacterianas. "Este estudio proporciona evidencia experimental de que la información genética del ADN es esencialmente capaz de sobrevivir a las condiciones extremas del espacio y de la re-entrada en la densa atmósfera de la Tierra", dice el responsable del estudio, el profesor Oliver Ullrich, de la Universidad de Zurich Instituto de Anatomía. El experimento llamado DARE (DNA atmospheric re-entry experiment)es el resultado de una idea espontánea: los científicos de la Universidad de Zurich Cora Thiel y el profesor Ullrich estaban llevando a cabo experimentos con la misión la Texus-49, para estudiar el papel de la gravedad en la regulación de la expresión génica en células humanas por medio de hardware con control remoto-interior en la carga útil del cohete. Durante los preparativos de la misión, comenzaron a preguntarse si la estructura exterior del cohete podría también ser adecuada para pruebas de estabilidad sobre firmas biológicas. "Las biofirmas son moléculas que prueban la existencia de vida pasada o presente extraterrestre", explica Thiel. Y así, los dos investigadores lanzaron un una pequeña segunda misión en la estación de cohetes europea Esrange en Kiruna, al norte del Círculo Polar Ártico. El experimento adicional rápidamente concebido originalmente iba a ser un pre-test para comprobar la estabilidad de los biomarcadores durante un vuelo espacial y reingreso a la atmósfera. Thiel no esperaba los resultados que produjo: "Nos sorprendimos al encontrar ADN intacto y funcionalmente activo." El estudio revela que la información genética del ADN esencialmente puede soportar las condiciones más extremas. Varios científicos creen que el ADN, sin duda, nos podría llegar desde el espacio exterior y que la Tierra no está aislada: todos los días golpean nuestro planeta unas cien toneladas de material extraterrestre hecho de polvo y meteoritos. Esta extraordinaria estabilidad del ADN en condiciones espaciales necesita un factor en la interpretación de resultados en la búsqueda de vida extraterrestre: "Los resultados muestran que de ningún modo es improbable que, a pesar de todas las precauciones de seguridad, las naves espaciales podrían transportar ADN terrestre al sitio de aterrizaje. Tenemos que tener esto bajo control en la búsqueda de vida extraterrestre", destaca Ullrich. @CIENCIAPLUS