MADRID 2 Oct. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Escuela Internacional de Estudios Avanzados (SISSA) de Trieste han llevado a cabo un trabajo por el que proponen algunos cambios en los modelos tradicionales que se utilizan para definir los agujeros negros. Así, han determinado que algunos de estos fenómenos tienen "pelo", en contraposición a una declaración hecha por los físicos John Wheeler y Roy Kerr, a los que se le atribuye haber acuñado ideas tales como el "teorema del no pelo" o los agujeros "calvos".
El estudio, que ha sido publicada en 'Physical Review Letters', explica que, de acuerdo con el teorema de estos científicos, los agujeros negros no tienen características físicas distintivas y se pueden definir sólo por su masa, momento angular y carga. "No tienen pelo", decían los teóricos en referencia a que no tenían más información.
De este modo, para el científico, dos agujeros negros con la misma masa, mismo momento angular y carga serían idénticos, a pesar de que, por ejemplo, su materia fuera totalmente diferente.
El equipo del SISSA ha realizado una serie de cálculos que indican que la clasificación de un agujero negro no puede ser tan simple como la que hace Wheeler y que pueden, de hecho, tener "pelo", o diferentes características que pueden ser identificadas.
"Se ha llevado a cabo una serie de nuevos cálculos que nos han permitido concentrarnos en la materia que normalmente rodea a los agujeros negros reales, los observados por los astrofísicos", ha señalado el equipo.
Por su parte, el autor principal del trabajo, Thomas Sotiriou, ha indicado que "estos datos hacen que el agujero negro 'puro y simple' de las antiguas hipótesis desarrollen una nueva carga (la que llamamos "pelo") que se ancla a la materia circundante y probablemente a todo el Universo".
El científico ha destacado que los nuevos cálculos son sólo un comienzo y se necesitarán nuevos datos para probar la nueva teoría. En este sentido, ha señalado que la confirmación experimental de esta nueva hipótesis puede provenir de las observaciones realizadas con los interferómetros, instrumentos capaces de registrar las ondas gravitacionales.
"En los cálculos de la investigación, el crecimiento del cabello del agujero negro se acompaña de la emisión de ondas gravitacionales distintivas. En el futuro, las grabaciones de ese acto pueden cuestionar el modelo de Kerr y ampliar el conocimiento de los orígenes de la gravedad", ha apuntado el equipo.