Las bacterias se adaptan a entornos hostiles con un modelo matemático

bacteria E. Coli
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Actualizado: miércoles, 31 marzo 2010 14:18

MADRID 31 Mar. (EUROPA PRESS) -

Científicos del Imperial College de Londres (Reino Unido) han desarrollado un modelo matemático que explica la dinámica de la quimiotáxis, el mecanismo utilizado por las bacterias para adaptar su existencia a entornos "hostiles", según avanza un estudio publicado hoy por la Sociedad General de Microbiología (SGM) de Reino Unido durante su reunión anual en Edimburgo (Escocia).

"No es fácil ser una bacteria y estar adaptándose constantemente a los cambios de un entorno que pretende acabar contigo", explicó el doctor Robert Endres, director de la investigación. Para descubrir por qué las bacterias son capaces de sobrevivir en "entornos hostiles", los científicos situaron sobre la superficie molecular de la 'Escherichia Coli', bacteria responsable de la mayoría de los trastornos gastrointestinales humanos, unas "antenas fluorescentes" para seguir su recorrido.

De este modo, el equipo de Endres pudo determinar la velocidad con la que la bacteria respondía a los cambios en su entorno y averiguar cómo la 'E. Coli' se adaptaba mucho más rápido ante la presencia de moléculas nocivas para su supervivencia, que ante las moléculas beneficiosas para el organismo, como los nutrientes. "Esto nos ha demostrado que, cuando la bacteria se encuentra en un 'entorno hostil', da media vuelta y aleatoriamente se desplaza en otra dirección escapando de sus 'agresores'", señaló el doctor Endres.

"Este descubrimiento podría ayudar a los científicos a entender la respuesta patogénica de las bacterias cuando se ven atacadas por el sistema inmune del ser humano", indicó. En este sentido, la 'E. Coli' ha demostrado ser sensible ante los más ligeros cambios en los niveles de sustancias químicas de su alrededor.

Asimismo, apuntó Endres, el secreto de su adaptabilidad podría deberse a que la bacteria "olvida" rápidamente el estímulo que le ha hecho "acelerar" en su huida, lo que le permite volver rápidamente a su estado "normal" y facilita su adaptación al nuevo entorno. Por el contrario, las bacterias que "mantienen en el recuerdo" ese estímulo de huida tardan más en recuperar su estado "normal" y, por lo tanto, su adaptación es más lenta, afirmó este experto.