MADRID 3 May. (EUROPA PRESS) -
El estilo de canto del pinzón cebra, también llamado diamante mandarín, está en parte determinado por los genes y puede desarrollarse sin el aprendizaje, según un estudio del 'City College' de Nueva York que se publica en la edición digital de la revista 'Nature'.
El canto es una forma crucial de comunicación en el pinzón cebra y suelen existir variaciones en las canciones en las distintas localizaciones geográficas que habitan. En la naturaleza, los jóvenes pinzones macho desarrollan sus estilos de canto individuales mediante la imitación de los adultos macho.
Los científicos, dirigidos por Olga Fehér, han descubierto que estas lecciones podrían no ser necesarias para que los jóvenes desarrollaran sus cantos. Los científicos aislaron a un grupo de pinzones cebra en desarrollo antes de que oyeran las canciones de los adultos.
Descubrieron que las canciones de los pinzones aislados diferían marcadamente de las de la colonia natural. La siguiente generación imitaba a los adultos aislados pero tenían diferencias distintas en sus canciones. En tres o cuatro generaciones las canciones de la colonia aislada evolucionaban hacia las de los pinzones salvajes.
Según los investigadores, este modelo de evolución de la cultura de las canciones podría revelar la importancia de la genética en el aprendizaje social de otros animales, incluyendo a los humanos.