MADRID 3 May. (EUROPA PRESS) -
Astrofísicos de la Universidad de Warwick han identificado cuatro enanas blancas rodeadas de polvo resultante de restos de cuerpos planetarios que una vez tuvieron sorprendentes similitudes con la composición de la Tierra.
Utilizando el Telescopio Espacial Hubble y la mayor investigación hasta ahora sobre la composición química de las atmósferas de las estrellas enanas blancas, los investigadores encontraron que los elementos más frecuentes en el polvo alrededor de estas cuatro enanas blancas son oxígeno, magnesio, hierro y silicio, los cuatro elementos que componen aproximadamente el 93 por ciento de la Tierra.
Sin embargo, una observación más importante fue que este material también contiene un porcentaje muy bajo de carbono, lo que se corresponde muy de cerca con el de la Tierra y de los planetas rocosos que orbitan más próximos a nuestro Sol.
Esta es la primera vez que estas bajas proporciones de carbono se han medido en las atmósferas de las estrellas enanas blancas contaminadas por desechos. Esto es una clara evidencia de que estas estrellas una vez tuvieron al menos un exoplaneta rocoso que ha terminado destruido, y las observaciones también deben señalar que se trata de la última fase de la muerte de estos mundos.
La atmósfera de una enana blanca se compone de hidrógeno y/o helio, por lo que los elementos pesados que entran en la atmósfera son arrastrados a su núcleo y desaparecen en cuestión de días por la alta gravedad de la enana. Ante esto, los astrónomos deben observar literalmente la fase final de la muerte de estos mundos.
Esto no sólo es una clara evidencia de que estas estrellas una vez tuvieron cuerpos rocosos exoplanetarios que ahora han sido destruidos. Las observaciones de una enana blanca en particular, PG0843 516, pueden también contar la historia de la destrucción de estos mundos.
Esta estrella se destacó del resto debido a la abundancia relativa de los elementos hierro, níquel y azufre en el polvo que se encuentra en su atmósfera.
El hierro y el níquel se encuentran en los núcleos de los planetas terrestres, ya que se hunden en el centro a causa de la fuerza de la gravedad durante la formación planetaria.
Por lo tanto, los investigadores creen que están observando a PG0843 516 en el mismo acto de tragar el material del núcleo de un planeta rocoso que fue lo suficientemente grande como para someterse a la diferenciación, de forma similar al proceso que separa el núcleo y el manto de la Tierra.
El estudio ha sido aceptado para publicación en las Noticias Mensuales de la Royal Astronomical Society. El profesor Boris Gänsicke, del Departamento de Física de la Universidad de Warwick, quien dirigió el estudio, dijo que el proceso de destrucción que causó los discos de polvo alrededor de estas enanas blancas distantes es probable que algún día se produzca en nuestro propio sistema solar.
"Lo que estamos viendo hoy en estas enanas blancas a varios cientos de años luz de distancia podría ser una instantánea de un futuro muy distante de la Tierra".