MADRID, 8 Jul. (EUROPA PRESS) -
La médico internista del servicio de Urgencias de Hospital Clínico San Carlos, Raquel Lana Soto, recomendó hoy que se tenga precaución a la hora de elegir la temperatura a la que se pone el aire acondicionando, ya que no se puede estar en un ambiente de 40 grados y poner un aire acondicionado a 18. Así, recomendó que no haya una diferencia de temperatura mayor de 10 grados entre la temperatura exterior y la interior y que está ultima se mueve entre los 23 y los 25 grados.
En declaraciones a Europa Press, aconsejó en cambio que para su correcto funcionamiento y para evitar que cause algún problema se sigan todas las instrucciones, principalmente las de limpieza. Así, explicó que la falta de limpieza de los filtros o un cambio climático pueden conllevar a que se convierta en el sitio ideal para el desarrollo y acumulación de bacterias.
Sin embargo, aseguró que es mucho más arriesgado estar en la calle o en cualquier edificio a 40 grados que usar el aire acondicionado, ya que las molestias que éste puede llegar a provocar en la salud de las personas son de poca gravedad. Al contrario, incidió en que es un elemento favorable para todos como demuestra que se use en todos los centros sanitarios y en sitios cerrados.
En este sentido, negó que no se pueda usar el aire acondicionado cuando uno esté enfermo, como demuestra el hecho de que todos los hospitales lo tengan instalado y que donde realmente sufren los enfermos es donde no lo hay. Lo que hay que evitar en el caso de enfermedad no es su uso sino que el aire de directamente a la persona, ni enferma ni sana.
NO ACONSEJABLE EN HORAS DE SUEÑO
Acerca de no mantenerlo encendido durante las horas de sueño, subrayó que se debe a que en ese momento controlamos menos el tema de la temperatura, porque mientras se está despierto se sabe cuando hace más frío o se puede controlar la sequedad, y cuando estás dormido eso no es posible. Por ello, aconsejó además que, como estos aparatos resecan mucho, se ventilen las casas, aunque tengan instalado el aire acondicionado, para que el aire recircule de manera adecuada.
Asimismo, insistió en que las principales molestias que produce el aire acondicionado suelen ser molestias de poca gravedad que afectan fundamentalmente a las mucosas, a los ojos, donde produce enrojecimiento, escozor y sequedad, a la piel, donde provoca sequedad o prurito, a la boca o la garganta. Otras personas padecen rinitis, es decir, cuando entran a una zona con aire acondicionado empiezan a estornudar, moquear, o les sale agüilla de la nariz.
En cambio, comentó que existen otros problemas más graves y menos frecuentes que vienen derivados más por otros aspectos, como por ejemplo la forma en la que está preparado, la limpieza de los filtros o la predisposición de la persona, que por el aire acondicionado en sí mismo. Acerca de las personas más propensas, mencionó que son aquellas que tienen más bajas las defensas o también las personas alérgicas.