MADRID 14 Dic. (EUROPA PRESS) -
Un equipo internacional de científicos ha observado las primeras etapas de una supernova de tipo Ia, que se encuentra a 21 millones de años luz de la Tierra, la más cercana de su tipo, descubierta en 25 años. Concretamente, se detectó la supernova 11 horas después de que explotara, lo cual "perfecciona y desafía la comprensión de estos fenómenos estelares", según han señalado los expertos.
Las supernovas tipo Ia son explosiones estelares violentas y las observaciones de su brillo se utilizan para determinar distancias en el universo. A partir de éste los científicos han demostrado que el universo se está expandiendo a un ritmo acelerado.
El equipo que ha llevado a cabo este estudio, publicado por 'Nature', ha descubierto esta supernova -llamada SN2011fe- apenas una horas después de que explotara; siendo capaces de identificar la explosión en la Galaxia del Molinete el pasado 23 de agosto a las 16.30 del horario universal.
El director del proyecto, el profesor de la Universidad de California Shri Kulkarni, ha explicado que, "desde hace varios años, se han estado tomando imágenes de la Galaxia del Molinete con telescopios robóticos esperando descubrir un evento cósmico raro". Gracias a este proyecto se ha podido observar ahora la supernova SN2011fe que "fue una sorpresa" ya que "su brillo era demasiado débil para ser una supernova y demasiado brillante para ser una nova", ha explicado el científico.
Según ha apuntado Kulkarni, "finalmente, las observaciones de seguimiento en las horas siguientes, determinaron que era una supernova de tipo Ia excepcionalmente joven".
La teoría mayormente aceptada defiende que las supernovas Tipo Ia son explosiones termonucleares de una estrella enana blanca que forma parte de un sistema binario - dos estrellas que están cerca físicamente y en órbita alrededor de un centro común de masa.
Según el modelo double-degenerate (DD), la órbita de dos estrellas enanas blancas se reduce hasta que el camino de la estrella más ligera es interrumpido y, entonces, ésta se mueve lo suficientemente cerca como para que parte de su materia sea absorbida por la enana blanca primaria, iniciándose una explosión. Por otro lado, en el modelo single-degenerate (SD), la enana blanca acumula masa poco a poco de una estrella diferente -y no de otra enana blanca- hasta que llega a un punto de ignición. Existen tres métodos posibles para la transferencia de masa y, dependiendo del que tenga lugar, la segunda estrella será una gigante roja, una estrella de helio, o una estrella de secuencia principal.
Las observaciones de las primeras etapas de la supernova - presentadas en un documento por su autor, Peter Nugent, del Lawrence Berkeley Laboratory - mostraron evidencia directa de que la estrella principal, en este caso, era un tipo de enana blanca llamada enana blanca de carbono-oxígeno.
Por otro lado, las observaciones de radio y rayos X presentadas en un documento separado, que se publicará en 'The Astrophysical Journal', no muestran ninguna evidencia de interacción con el material circundante. Combinando estos datos con un análisis histórico de las imágenes, el equipo descartó las gigantes rojas y la gran mayoría de las estrellas de helio como posibles segundas estrellas en el sistema binario antes de la explosión. Según esto, la estrella secundaria era, o bien otra enana blanca, como en el modelo DD, o una estrella de secuencia principal, creada por uno de los tres métodos del modelo SD.
Sin embargo, el análisis de la materia expulsada por la explosión de la supernova indica que es poco probable que la segunda estrella sea otra enana blanca. Por lo tanto, el misterioso origen de SN2011fe se trata, probablemente, de una enana blanca primaria que absorbió materia de una subgigante cercana.
"El hecho de que se haya descubierto la supernova en su infancia, y que la Galaxia del Molinete esté en el 'patio trasero cósmico' de la Tierra, ha ofrecido una oportunidad sin precedentes para estudiar esta supernova", ha concluido Kulkarni.