RMS Mauretania con camuflaje disruptivo o deslumbrante - WIKIMEDIA COMMONS
MADRID, 5 Dic. (EUROPA PRESS) -
Los barcos de la Primera Guerra Mundial pintados con un patrón de camuflaje disruptivo para dificultar ser identificados y destruidos por submarinos, no eran tan efectivos como se creía originalmente.
Es la conclusión de un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Aston y la Universidad de Abertay.
Se trataba de un estilo distintivo de pintura de patrones y colores contrastantes en ángulos llamativos. Las diversas formas geométricas, ángulos (y en algunos casos, colores) tenían como objetivo confundir a los submarinistas enemigos que miraban a través de periscopios, lo que les dificultaba la identificación de los barcos y confundía sus cálculos sobre la velocidad y la dirección del objetivo.
El concepto, que algunos atribuyen al biólogo Graham Kerr y otros al artista Norman Wilkinson, se desarrolló durante la Primera Guerra Mundial, cuando la flota británica se enfrentaba a la amenaza de los submarinos alemanes. Sin embargo, aunque se utilizaron instalaciones de prueba para modelos de barcos en ambos lados del Atlántico durante la Primera Guerra Mundial, no se registraron datos cuantitativos en ese momento.
Un artículo sobre este tema, titulado "Camuflaje disruptivo: beneficios y problemas revelados", aparece en Royal Society Open Science.
Los autores crearon un modelo informático del barco RMS Mauretania, que el gobierno británico puso en servicio como barco de tropas durante la Primera Guerra Mundial. El equipo lo "pintó" con varios diseños de camuflaje disruptivo acromático y luego los presentó en pantallas de computadora en direcciones las 24 horas del día y pidió a 16 participantes que indicaran la dirección en la que creían que se desplazaba el barco.
EFECTO HORIZONTE
Cuando revisaron los comentarios de los participantes, descubrieron que las pantallas que incluían un gradiente de textura en el patrón de camuflaje se veían torcidas y se alejaban de su dirección real, exactamente como se pretendía. Sin embargo, descubrieron que el beneficio de esto estaba enmascarado en gran medida por otro efecto que llamaron efecto horizonte o efecto histéresis. Se trata de la tendencia a que la dirección percibida se dibuje paralela al horizonte independientemente del camuflaje.
Su análisis mostró que estos dos efectos se sumaban o restaban perfectamente, dependiendo de la dirección real del barco. Esto significa que el camuflaje disruptivo, o deslumbrante con distorsión, a veces ayudaría al barco (añadiendo un sesgo perceptual hacia el horizonte), pero a veces podría ayudar a un submarino atacante (reduciendo el sesgo perceptual hacia el horizonte).
El profesor Tim Meese de la Escuela de Optometría de la Universidad de Aston dijo en un comunicado: "Si me preguntan '¿Funcionó el camuflaje deslumbrante?' mi respuesta es sí, pero los beneficios del sesgo perceptual no habrían sido tan valiosos como a las armadas aliadas de la Primera Guerra Mundial les hubiera gustado".
El Dr. George Lovell, profesor titular del Departamento de Ciencias Sociológicas y Psicológicas de la Universidad de Abertay, agregó: "En general, descubrimos que la atracción perceptual hacia el horizonte era menor para nuestros participantes con mayor experiencia marítima. Suponiendo que esto se aplicaría a los capitanes de submarinos enemigos, entonces esto sugiere que el camuflaje antideslumbrante habría sido valioso, aunque nuestras simulaciones por computadora de ataques de torpedos mostraron que esto sería así solo para barcos rápidos y distantes".
El artículo de investigación se publicó justo después de que se informara de que la Armada de Ucrania había revelado una nueva capa de pintura en algunos de sus buques, que parecen haber adoptado un camuflaje deslumbrante. En noviembre de 2024, las fuerzas ucranianas compartieron imágenes en las redes sociales que mostraban versiones de la pintura.
El profesor Meese comentó: "Aunque el camuflaje deslumbrante cayó en desuso entre las guerras, es notable que la Armada ucraniana haya compartido recientemente imágenes en las redes sociales donde los buques están vestidos con una forma de camuflaje deslumbrante. El propósito preciso de esto no está claro, pero un experto supuso que podría ofrecer cierta protección contra los drones".
El Dr. Lovell añadió: "La visión humana no ha cambiado significativamente desde 1918, así que si en aquel entonces el deslumbramiento la engañaba, también lo hará ahora. La cuestión clave es si la selección de objetivos implica la percepción humana y una predicción de la ubicación futura. Si un arma (un torpedo, un misil o un dron) es apuntada visualmente por un humano, entonces una percepción errónea de la dirección podría ser clave. Si el dron utiliza una IA entrenada en escenas naturales, entonces podría ser engañado por señales de perspectiva forzada".
El estudio del equipo solo analizó el impacto del camuflaje en el sesgo perceptivo de la dirección. También se pensaba que el deslumbramiento tenía otros beneficios, incluida la introducción de incertidumbre sobre la dirección e incertidumbre y sesgos sobre la distancia y la clase de barco, que son importantes para estimar la velocidad. Se necesitan buenas estimaciones tanto de la velocidad como de la dirección para que los ataques con torpedos sean exitosos, y estos y otros factores esperan una investigación científica.