MADRID 26 Oct. (EUROPA PRESS) -
Los cataclismos que marcaron el final del período Pérmico, hace 252 millones de años, fueron decisivos en la historia de la vida en la Tierra, según se desprende de un estudio de las universidades estadounidenses de Brown y Utah, que señala que este suceso provocó la extinción de hasta un 90 por ciento de los organismos marinos, dando paso a un nuevo orden de especies marinas, algunas de las cuales todavía observamos hoy en día.
Durante la investigación, publicada en 'Proceedings of the Royal Society B', los científicos llevaron a cabo un exhaustivo análisis, muestra por muestra, para confirmar que los vertebrados terrestres sufrieron pérdidas catastróficas cuando el Pérmico llegaba a su fin.
Según detalla el trabajo, los sobrevivientes, grupos de animales llamados "taxa desastre", se encontraron con pocos competidores en sus respectivos nichos ecológicos. Esta falta de competencia causó el auge y la caída de los ciclos de los ecosistemas. De este modo, según el registro fósil los ecosistemas terrestres necesitaron hasta 8 millones de años para recuperarse plenamente de la extinción en masa.
La profesora de ciencias geológicas de Brown y coautora del estudio, Jessica Whitesida, ha señalado que la situación descrita en el estudio "significa que los ecosistemas terrestres estaban sujetos a un mayor riesgo de colapso, debido al menor número de enlaces en la cadena alimentaria".
Así, los expertos señalan que los ciclos de auge y caída que marcaron la recuperación de los ecosistemas fueron como "mini-eventos de extinción y la recuperación".
Hasta ahora, algunos estudios han argumentado que el vulcanismo continuó después de la extinción de finales del Pérmico, sin embargo, Whiteside y el coautor del estudio y profesor de geología y geofísica de Utah, Randall Irmis, no creen que haya evidencia física de tal actividad.
Por ello, su equipo ha examinado cerca de 8.600 ejemplares, del final del Pérmico al Triásico medio, es decir, de aproximadamente hace 260 millones de años, que procedían de las montañas del sur de los Urales de Rusia y de la Cuenca Karoo en Sudáfrica.
El recuento de muestras y análisis indicó que, aproximadamente, el 78 por ciento de los vertebrados terrestres perecieron en la extinción masiva de finales del Pérmico. Sin embargo, también surgieron especies de "taxa desastre"; una de ellas fue el Lystrosaurus, un sinápsido dicinodonto (relacionado con los mamíferos) del tamaño de un pastor alemán. Esta criatura dominó los ecosistemas después de la extinción de finales del Pérmico. El motivo por el que el Lystrosaurus sobrevivió al cataclismo es todavía un misterio.
Según han destacado los expertos, los ecosistemas que surgieron de la extinción poseían una baja diversidad, lo cual los hacía especialmente vulnerables a los cambios ambientales. Sólo después de que la riqueza de especies fuese restablecida, los ecosistemas terrestres se recuperaron completamente.