Huellas de extraños gusanos zombies que se alimentan de huesos han sido encontrados en un hueso fósil de ballena datado hace 3 millones de años en la región italiana de Toscana. Es la primera vez que el género osedax ha sido encontrado en el Mediterráneo, y sugiere que la presencia de estos gusanos fue generalizada en todos los océanos del mundo hace unos millones de años.
El nuevo hallazgo, publicado en la revista Historical Biology, confirma lo que los científicos han sospechado durante mucho tiempo, que este género de gusanos fue probablemente responsable de borrar partes del registro fósil mediante la destrucción de los huesos antes de que pudieran convertirse en fósiles.
Los gusanos de este género carecen de boca e intestino, pero consumen el hueso por el crecimiento de raíces, a modo de tejidos, que disuelven el hueso a medida que crecen.
El científico Nicholas Higgs ha descubierto reveladores vestigios de osedax en el último año en el Mediterráneo mediante escáneo con tecnología micro-CT. Estos gusanos se descubrieron por primera vez con vida en 2002 en la Bahía de Monterey, California, donde vivían en los huesos de una ballena gris en descomposición.
Desde entonces, los científicos han sentido curiosidad por cómo estos gusanos podrían haber afectado a los registros fósiles, pero la comprensión de su evolución y distribución en el pasado siguen siendo un problema porque los restos de estos blandos gusanos no se conservan como fósiles.
La única manera de saber dónde y cuándo han vivido es dar con las huellas que dejan tras de sí en un hueso, y son éstos los sondeos que han sido finalmente reconocidos por Higgs.
La otra evidencia conocida de osedax en el pasado se encuentra en los huesos de ballenas encontrados la costa del Pacífico del estado de Washington en los EE.UU., tan lejos del Mediterráneo como para determinar que su distribución fue muy amplia.
Cuando el Mediterráneo se secó hace casi seis millones de años los animales marinos más profundos se extinguieron. Alrededor de la mitad de un millón de años más tarde el mar inundó de nuevo la zona desde el Atlántico. "Descubrir que los osedax se alimentaban de este hueso de ballena hace tres millones de años nos dice que sus antepasados también vivieron en el Atlántico", dice Higgs.