Foto: ESO
MADRID, 14 Mar. (EUROPA PRESS) -
Nuevas observaciones realizadas con el Very Large Telescope (VLT) del Observatorio Europeo Austral (ESO) han aportado claves para comprender el crecimiento de las galaxias adolescentes. Concretamente, los astrónomos han descubierto que las galaxias han cambiado sus hábitos alimenticios desde hace unos diez mil millones, cuando se alimentaban de flujos de gas tenue, hasta ahora, que se mantienen a base de otras galaxias más pequeñas.
Desde hace tiempo, los astrónomos creían que las galaxias más tempranas eran mucho más pequeñas que las espirales y elípticas de gran tamaño que pueblan el universo actual. Por ello, uno de los grandes retos de los expertos era conocer cómo "engordan" las galaxias y saber cuál es su 'dieta' y sus hábitos alimentarios, una información que sigue siendo un misterio.
Sin embargo, un nuevo estudio de la ESO, de cien horas de observación, ha aportado información al respecto. Concretamente, lo que comen las galaxias en sus años adolescentes (aproximadamente el periodo que va entre los tres mil y los cinco mil millones de años tras el Big Ban).
"Se puede ver cómo se enfrentan dos tipos de galaxias en crecimiento: unas con eventos violentos de fusión en los que las galaxias más grandes devoran a las más pequeñas y otras que se alimentan de un suave flujo continuo de gas que cae sobre ellas", ha explicado el autor principal del trabajo, Thierry Contini, quien ha apuntado que "ambas situaciones pueden llevar a la creación de numerosas estrellas nuevas".
Estos resultados apuntan hacia un gran cambio en la evolución cósmica de las galaxias. El flujo suave de gas parece haber sido un factor importante en la formación de las galaxias cuando el universo era muy joven, mientras que las fusiones fueron relevantes más tarde.
"Para comprender cómo crecieron y evolucionaron las galaxias se necesita mirarlas con la mayor precisión posible", ha explicado Contini. En este sentido, ha explicado que las galaxias distantes, como las que se han estudiado, son diminutas y tenues burbujas en el cielo y se han podido observar gracias a la alta calidad de imagen del VLT. Gracias al telescopio se han podido hacer mapas de cómo se mueven y saber de qué están compuestas sus partes.
"La precisión del VLT permitió que los investigadores hallaran sorpresas, como muchas galaxias cuyo gas no estaba en rotación", ha explicado Contini, quien ha indicado que este tipo de galaxias no se observan en el universo cercano. "Ninguna de las teorías actuales predice estos objetos", ha aclarado.
"Tampoco se esperaba que hubiera tantas galaxias jóvenes del estudio que tuvieran elementos pesados concentrados en sus partes externas, exactamente lo contrario de lo que se observa en las galaxias actuales", ha apuntado.
Ahora, los expertos continúan con este trabajo y planean observar estas galaxias con futuros instrumentos del VLT y con los telescopios ALMA para estudiar el gas frío que contienen.
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