MADRID, 17 Jun. (EUROPA PRESS) -
Científicos han identificado el primer sensor de campo magnético de la Tierra en el cerebro de un diminuto gusano, relacionado con cómo funcionan las brújulas internas de los animales.
Se sabe que animales tan diversos como gansos, tortugas marinas y lobos navegan usando el campo magnético de la Tierra. Pero hasta ahora, nadie ha señalado muy bien cómo lo hacen.
El sensor, que se encuentra en los gusanos llamados C. elegans, es una estructura microscópica en el extremo de una neurona que otros animales probablemente comparten, dado que existen similitudes en la estructura del cerebro a través de especies. El sensor se ve como una antena de TV a nanoescala, y los gusanos lo utilizan para navegar bajo tierra.
"Lo más probable es que las mismas moléculas sean utilizados por animales más vistosos como las mariposas y los pájaros", dijo Jon Pierce-Shimomura, profesor asistente de Neurología en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Austin en Texas, y miembro del equipo de investigación. "Esto nos da un primer punto de apoyo en la comprensión de la magnetosensación en otros animales."
SE MOVÍAN SEGÚN SU PROCEDENCIA
Los investigadores descubrieron que los gusanos que pasan hambre en tubos llenos de gelatina tienden a moverse hacia abajo, una estrategia que podrían utilizar en la búsqueda de alimentos.
Cuando los investigadores trajeron gusanos al laboratorio de otras partes del mundo, no todos los gusanos se movían hacia abajo. Dependiendo de dónde eran - Hawaii, Inglaterra o Australia, por ejemplo - se trasladaron en un ángulo preciso según el campo magnético que les hubiera correspondido si hubieran vuelto a casa.
Por ejemplo, los gusanos de Australia se movieron hacia ariba en los tubos. La orientación del campo magnético varía de un lugar a otro en la Tierra, y un sistema de sensor de campo magnético de cada gusano está finamente sintonizado en su entorno local, lo que le permite contar arriba de abajo. La investigación se publica este jueves en la revista eLife.