MADRID 26 Sep. (EUROPA PRESS) -
El satélite científico UARS de la NASA, que se estrelló contra la Tierra el pasado sábado, ha sembrado un misterio acerca de dónde podría haber caído exactamente la tonelada de basura espacial que habría superado el proceso de desintegración al reentrar en la atmósfera.
La agencia espacial estadounidense cree que los restos terminaron en el Océano Pacífico, pero la hora precisa, la masa del satálite que ha llegado efectivamente a caer a tierra y la ubicación de estos escombros no se ha determinado. En conclusión, admite que es posible que nunca lleguen a encontrar resto alguno.
El satélite de investigación atmósfera superior, o UARS, puso fin a 20 años en órbita con una zambullida suicida en la atmósfera en algún momento entre 03:23 pm el viernes y 05:09 del sábado 24 de septiembre, dijo la NASA.
El satélite quedó destrozado durante el ardiente reingreso, pero alrededor de 26 piezas, la mayor de las cuales se calcula que pesaba unos 150 kilos, probablemente sobrevivió a la caída.
A medida que caía a la Tierra, UARS pasó sobre la costa oriental de África en el Océano Índico, el Océano Pacífico, el norte de Canadá y el norte del Océano Atlántico hasta un punto en el África occidental. La mayoría de este tránsito fue sobre agua, únicamente con segmento sobre tierra en el norte de Canadá y el oeste de África, dijo la NASA.
"Como no sabemos dónde está el punto de reentrada, no sé dónde podría estar el campo de escombros", dijo Nicholas Johnson, jefe científico de desechos orbitales en el Centro Johnson de la NASA en Houston. "Nunca lo sabremos", sentenció. En cualquier caso, enfatizó que "el riesgo para la seguridad pública ha sido muy remoto".