MADRID 16 Dic. (Reuters/EP) -
Los recortes presupuestarios al programa para promover el desarrollo de taxis espaciales comerciale, probablemente mantendrá a los Estados Unidos dependiente de Rusia para enviar astronautas a la Estación Espacial Internacional hasta el año 2017, según ha admitido el propio jefe operaciones espaciales de la NASA.
Pero este programa recientemente renovado, destinado a proporcionar una alternativa comercial tras el reciente retiro de los transbordadores espaciales de la NASA, viene con un aspecto positivo: la NASA abandona sus tradicionales contratos de precio fijo y en su lugar se utilizarán acuerdos de colaboración más flexibles y menos costosos.
El reajuste ha venido determinado por la reducción a la mitad de los 850 millones de dólares que la NASA demandó para el programa Commercial Crew para el año que ocmenzó el pasado 1 de octubre, y por la determinación de la NASA para mantener al menos dos diseños de taxi espacial en gestión para la actividad futura de la agencia.
"Nos gustaría llevar adelante dos proveedores por lo menos, en realidad más", dijo el administrador asociado de la NASA Bill Gerstenmaier, en una conferencia telefónica con periodistas. "Creemos que la competencia es una pieza clave".
Actualmente la agencia está financiando el trabajo de cuatro empresas: Boeing, Space Exploration Technologies, Sierra Nevada Corp., y Blue Origin, una start-up propiedad del fundador de Amazon, Jeff Bezos.
Otros aspirantes a empresas de transporte espacial, incluidos los sistemas Stratolaunch, recientemente anunciado con el respaldo del co fundador de Microsoft, Paul Allen, no buscan o no han recibido fondos de la NASA. "Nuestra inversión contribuye a garantizar que esta capacidad se desarrolle de la forma más oportuna", dijo Gerstenmaier.
El pasado lunes tocaba presentar solicitud para la siguiente fase del programa, pero se retrasará hasta el primer trimestre de 2012, dijo Gerstenmaier. La selección de las empresas, sin embargo, debe permanecer en la fecha prevista para el próximo verano.
La agencia tenía la esperanza de tener una alternativa para que en 2016 sus astronautas dejasen de utilizar a la cápsula rusa Soyuz, que cuesta más de 60 millones de dólares por persona y por viaje. Pero la reducción de financiación determina un retraso de un año en el plazo, dijo Gerstenmaier.