MADRID, 21 Jul. (EUROPA PRESS) -
Desde la década de 1950, se ha tratado de limitar el número de ratones y ratas con un veneno conocido como warfarina. Pero, en el transcurso de la evolución, los roedores han encontrado una manera de reaparecer, resistiendo a este producto químico a través de cambios en un gen involucrado en el reciclaje de la vitamina K y la coagulación de la sangre.
Así, según un estudio publicado en 'Current Biology', los ratones europeos, en algunos casos, han adquirido el resistente gen de una manera poco ortodoxa: lo consiguieron prestado 'de segunda mano' de un ratón de Argelia.
"Los ratones no sólo se han vuelto resistentes a los venenos de la forma habitual, sino también de una manera muy inusual, a través de cruces con otra especie de ratón", comenta Michael Kohn de la Universidad de Rice. "Nuestro trabajo es, quizás, el primero en detectar este proceso inusual en el acto".
Los resultados muestran que, al igual que en los microbios, hay más de un camino para que las nuevas características evolucionen en animales: a través de nuevas mutaciones que surgen dentro de una especie y también a través de la transferencia de genes entre especies. Esto también ayuda a explicar cómo los roedores han frustrado con tanta rapidez y aparente facilidad algunos de nuestros mejores intentos de exterminarlos.
Los investigadores hicieron su descubrimiento a través del seguimiento de la evolución del complejo enzimático epóxido reductasa, vitamina K (VKOR) y, en particular, el subcomponente de la enzima responsable de la sensibilidad o la resistencia a la warfarina en los genomas de los ratones domésticos (Mus musculus domesticus) y los ratones de Argelia (M . spretus). También demostraron en experimentos de laboratorio cómo la variante del gen procedente de ratones de Argelia ha dotado a los ratones caseros de resistencia a la warfarina.
El equipo de Kohn sospecha que el M. spretus es naturalmente resistente a la warfarina porque habita en estepas áridas y vive principalmente de materia vegetal seca y semillas, ambas fuentes pobres de vitamina K. Una vez que la variante del gen del M. spretus se introdujo en los ratones caseros a través de cruces entre las dos especies, estos también resultaron "pre-adaptados" para la resistencia a la warfarina.
"La naturaleza se enfrenta a los desafíos de las maneras más creativas, incluso si los desafíos son introducidos por el ser humado" comenta Kohn. Por otro lado, agregó, la evolución podría ser más predecible en algunos aspectos de lo que habíamos imaginado.
Después de todo, el mismo gen y la misma vía genética han evolucionado varias veces para conferir de resistencia a la warfarina a ratones y ratas. "La comprensión de estas limitaciones y de los mecanismos evolutivos es fundamental para mantener nuestra capacidad de situarnos un paso por delante de las posibles resistencias evolutivas de los animales, plantas y microbios que queremos controlar".