MADRID 8 Nov. (EUROPA PRESS) -
La cultura maya clásica, que abarca partes de México, Belice, Guatemala y Honduras, prosperó en tiempos de lluvia y luego se derrumbó en el caos cuando el clima cambió a la sequía, según concluye un proyecto internacional de la Universidad de Durham (Reino Unido) y liderado por investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania (Estados Unidos) y ETH Zurich (Suiza).
Los investigadores crearon un registro con fecha precisa de las precipitaciones a partir de depósitos de la cueva en la región maya clásica y lo compararon con un índice de los acontecimientos hostiles grabados en monumentos de piedra, lo que les permitió crear una línea de tiempo histórica única que une el clima y la cultura en un detalle sin precedentes.
El índice de la guerra se basa en la frecuencia de ciertas palabras clave en las inscripciones mayas en los monumentos de piedra tallada, y los investigadores pudieron rastrear cómo los aumentos en la guerra y los disturbios fueron asociados con periodos de sequía, según la investigación, publicada en la revista 'Science'.
Los nuevos conjuntos de datos proporcionan una visión única de cómo una civilización prosperó y se desarrolló, ampliándose en las grandes ciudades, durante un período de clima favorable y luego se derrumbó tras el cambio climático entre los años 660 y 1100.
Los gobernantes mayas encargaron registrar en monumentos de piedra los acontecimientos, donde el equipo de investigación descubrió que la frecuencia de los textos grabados apuntan a que la rivalidad de estado, la guerra y las alianzas estratégicas aumentaron significativamente entre los años 660 y 900, durante la tendencia a la sequía.
Uno de los autores, el profesor Douglas Kennett, de la Universidad de Pensilvania, explicó que no sólo es importante tel tema de la sequía, sino también las condiciones climatológicas anteriores que ayudaron a "estimular la complejidad social y la expansión de la población". "Esto sentó las bases para el estrés social y la fragmentación de las instituciones políticas más adelante en el tiempo, cuando las condiciones se volvieron secas", dijo.
El doctor James Baldini, del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Durham añadió que el ascenso y la caída de la civilización maya es un ejemplo de cómo una sofisticada civilización "no se adaptó con éxito al cambio climático". Según concreta Baldini, los períodos de alta precipitación aumentaron la productividad de los sistemas agrícolas mayas y dieron lugar a un auge de la población y la sobreexplotación de recursos, mientras la sequía provocó la desestabilización política y la guerra porque los recursos se agotaron.