MADRID 23 Nov. (EUROPA PRESS) -
Cinco especies relacionadas de serpientes arborícolas que se encuentran en el sudeste y el sur de Asia podrían ser simplemente la peor de las pesadillas de los ofidiófobos (las personas que tienen un miedo anormal de las serpientes). No son simples serpientes, ya que pueden "volar" y desplazarse aplastando su cuerpo y deslizándose de árbol en árbol hasta llegar al suelo.
Para el biólogo de Virginia Tech Jake Socha, estos curiosos reptiles son una especie de maravilla biomecánica. Para entender cómo hacen lo que hacen, Socha y sus colegas estudiaron recientemente las serpientes Chrysopelea paradisi, lanzándolas desde una rama en lo alto de una torre de 15 metros de altura.
Cuatro cámaras grabaron a las curiosas serpientes mientras se deslizaban. Esto les permitió crear y analizar reconstrucciones en
3-D de las posiciones del cuerpo de estos animales durante el vuelo. Socha presentó su trabajo recientemente en la reunión de la División de Mecánica de Fluidos de la Sociedad Americana de Física.
Las reconstrucciones se compararon con un modelo analítico de dinámica de vuelo sin motor y las fuerzas que actúan sobre los cuerpos de las serpientes. El análisis reveló que los reptiles, a pesar de viajar hasta 24 metros desde la plataforma de lanzamiento, no lograban un estado de "equilibrio de deslizamiento", en el que las fuerzas generadas por sus cuerpos ondulantes contrarrestan la fuerza de tracción hacia abajo, haciendo que se se muevan con una velocidad constante, a un ángulo constante desde el horizonte. Pero tampoco podía decirse que las serpientes simplemente caen al suelo.
En cambio, Socha dice, "la serpiente es empujada hacia arriba - a pesar de que se mueve hacia abajo - ya que el componente ascendente de la fuerza aerodinámica es mayor que el peso de la serpiente."
"Hipotéticamente, esto significa que si la serpiente continúa así, con el tiempo se mueve hacia arriba en el aire - todo un logro impresionante para una serpiente", dice. Sin embargo, nuestro modelo sugiere que el efecto es sólo temporal, y, finalmente se trata de una serpiente de tierra que termina deslizándose. Esta investigación se publica en la revista Bioinspiration y Biomimetics, informa Science Daily.