En esta foto que muestra un primer plano del material de dos capas, la capa superior consta de aerogel y la capa inferior de hidrogel. - MIT NEWS
MADRID, 12 Nov. (EUROPA PRESS) -
Los camellos han desarrollado un enfoque aparentemente contradictorio para mantenerse frescos mientras conservan el agua en un ambiente desértico: tienen una gruesa capa de piel aislante.
Aplicando esencialmente el mismo enfoque, los investigadores del MIT ahora han desarrollado un sistema que podría ayudar a mantener fríos productos como productos farmacéuticos o productos frescos en ambientes cálidos, sin la necesidad de una fuente de alimentación.
La mayoría de la gente no pensaría en usar un abrigo de pelo de camello en un día caluroso de verano, pero de hecho, muchas personas que viven en el desierto tienden a usar prendas exteriores pesadas, esencialmente por la misma razón. Resulta que el abrigo de un camello, o la ropa de una persona, puede ayudar a reducir la pérdida de humedad y, al mismo tiempo, permitir la suficiente evaporación del sudor para proporcionar un efecto refrescante.
Las pruebas han demostrado que un camello afeitado pierde un 50 por ciento más de humedad que uno sin afeitar, en condiciones idénticas, dicen los investigadores en un comunicado.
El nuevo sistema desarrollado por los ingenieros del MIT utiliza un material de dos capas para lograr un efecto similar. La capa inferior del material, que sustituye a las glándulas sudoríparas, consiste en hidrogel, una sustancia similar a la gelatina que consiste principalmente en agua, contenida en una matriz similar a una esponja de la cual el agua se puede evaporar fácilmente.
A continuación, se cubre con una capa superior de aerogel, que juega el papel de piel al mantener fuera el calor externo mientras permite que pase el vapor.
Los hidrogeles ya se utilizan para algunas aplicaciones de enfriamiento, pero las pruebas de campo y el análisis detallado han demostrado que este nuevo material de dos capas, de menos de 1,5 centímetros de espesor, puede proporcionar un enfriamiento de más de 7 grados Celsius durante cinco veces más que el hidrogel solo: más de ocho días versus menos de dos.
Los hallazgos se presentan en un artículo en la revista Joule.
El sistema, dicen los investigadores, podría usarse para el envasado de alimentos para preservar la frescura y abrir mayores opciones de distribución para que los agricultores vendan sus cultivos perecederos. También podría permitir que los medicamentos, como las vacunas, se mantengan de forma segura mientras se entregan a lugares remotos. Además de proporcionar refrigeración, el sistema pasivo, alimentado exclusivamente por calor, puede reducir las variaciones de temperatura que experimentan las mercancías, eliminando picos que pueden acelerar el deterioro.