MADRID, 20 Feb. (EUROPA PRESS) - Un equipo de investigadores del University College of London (UCL) ha estudiado el comportamiento de las eyecciones de masa coronal del Sol y, en el proceso, han descubierto que tienen un gemelo sorprendente en las profundidades del espacio: las supernovas. Según han apuntado los autores del trabajo, que ha sido publicado en 'Astrophysical Journal', es la primera vez que se obtienen detalles de como son estas enormes erupciones y como se comportan cuando regresan a la superficie del Sol. Para llevar a cabo este estudio, los científicos recogieron los datos de la mayor eyección de materia jamás observada, que surgió del Sol el 7 de junio de 2011. Así, detectaron que, los días que siguieron al registro, el plasma de las erupciones hizo su camino hacia el espacio, pero la mayor parte del material propulsado por el Sol regresó rápidamente hacia la superficie de la estrella. "Nos dimos cuenta de que la forma de la nube de plasma era bastante particular", ha indicado uno de los investigadores, Jack Carlyle. Según ha explicado, a medida que cae a la superficie de la estrella se divide en varias ocasiones y se separa como gotas de tinta que caen al agua. "Es un gran ejemplo del efecto entre luz y fluidos pesados", ha apuntado. Los materiales menos densos normalmente flotan en la parte superior de los más densos sin mezclarse. Pero cambiando el orden, poniendo el líquido más denso en la parte superior, el más denso caerá rápidamente a través de él hasta que sus posiciones se invierten. En el proceso, el más denso se divide en varias ocasiones y se ramifica en cada vez más finos "dedos" de materia, lo que causa un fenómeno conocido como la inestabilidad de Rayleigh-Taylor. El equipo notó en las imágenes de alta resolución del Observatorio de Dinámica Solar de la NASA (SDO) que el plasma que cae se somete claramente a esta inestabilidad de Rayleigh-Taylor, ya que regresó a la superficie del Sol. Y aunque esto puede ser lo que se esperaría de este proceso, porque el plasma solar es más denso que la atmósfera solar que cae a través, los investigadores se dieron cuenta de que se trata de un proceso similar al observado --aunque en una escala mucho más grande-- en la Nebulosa del Cangrejo, un remanente de supernova que explotó en el siglo X. Según los expertos, en el milenio que ha seguido a la explosión, la materia más densa ha empezado a caer de nuevo en el centro de la nebulosa, exhibiendo las mismas estructuras en forma de dedos como el equipo ha observado ahora en el sol.