MADRID 3 Dic. (EUROPA PRESS) -
Chorros espectaculares propulsados por la energía gravitacional de un agujero negro supermasivo en el núcleo de la galaxia elíptica Hércules A, ilustran la potencia de imagen combinada de dos herramientas de astronomía de última generación, la cámara del telescopio espacial Hubble Wide Field 3, y el recientemente actualizado radiotelescopio Karl G. Jansky Very Large Array (VLA) en Nuevo México.
A unos dos millones de años luz de distancia, la amarillenta galaxia elíptica en el centro de la imagen aparece muy normal, como se ha visto por el Hubble en las longitudes de onda visibles de la luz. La galaxia es aproximadamente 1.000 veces más masiva que la Vía Láctea y alberga un agujero negro central de 2.500 millones de masas solares que es 1.000 veces más masivo que el agujero negro de la Vía Láctea.
Sin embargo, la galaxia de aspecto inocuo, también conocida como 3C 348, ha sido durante mucho tiempo conocida como el objeto radioemisor más brillante en la constelación de Hércules. Emitiendo casi mil millones de veces más energía en longitudes de onda de radio que nuestro Sol, la galaxia es una de las fuentes de radio extragalácticas más brillantes en todo el cielo.
Los datos de radio del VLA revelan enormes chorros, ópticamente invisibles que, con millón y medio de años luz de ancho, empequeñecen la galaxia visible desde el que surgen. Los chorros son rayos de plasma de muy alta energía, partículas subatómicas y campos magnéticos disparados casi a la velocidad de la luz desde las proximidades del agujero negro. Las partes exteriores de los dos chorros inusuales estructuras en forma de anillo que sugieren una historia de múltiples estallidos del agujero negro supermasivo en el centro de la galaxia.
La fuente de radio está rodeada por una nube de gas muy caliente, emisora de rayos X , que no se ve en esta composición óptica y de radio.