Los hemisferios Sur y Norte se ven igual de brillantes en esta icónica imagen de la Tierra, titulada La canica azul, que la tripulación de la nave espacial Apolo 17 tomó el 7 de diciembre de 1972. - NASA
MADRID, 23 Feb. (EUROPA PRESS) -
Científicos han encontrado solución al enigma de medio siglo de por qué los hemisferios norte y sur de la Tierra parecen igual de brillantes cuando se observan desde el espacio.
Esto es especialmente inesperado porque el hemisferio sur está cubierto en su mayor parte por océanos oscuros, mientras que el hemisferio norte tiene una vasta superficie terrestre que es mucho más brillante que estos océanos. Durante años, la simetría de brillo entre hemisferios ha sido un misterio.
En un nuevo estudio, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, investigadores del Instituto Weizmann de Ciencias y sus colaboradores revelan una fuerte correlación entre la intensidad de las tormentas, la nubosidad y la tasa de reflexión de la energía solar en cada hemisferio. Ofrecen una solución al misterio, junto con una evaluación de cómo el cambio climático podría alterar la tasa de reflexión en el futuro, informa la institución en un comunicado.
Ya en la década de 1970, cuando los científicos analizaron los datos de los primeros satélites meteorológicos, se sorprendieron al comprobar que los dos hemisferios reflejan la misma cantidad de radiación solar. La reflectividad de la radiación solar se conoce en la jerga científica como "albedo". Para comprender mejor qué es el albedo, piense en conducir de noche: es fácil distinguir las líneas blancas intermitentes, que reflejan bien la luz de los faros del coche, pero es difícil discernir el asfalto oscuro.
Lo mismo ocurre al observar la Tierra desde el espacio: La relación entre la energía solar que incide sobre la Tierra y la energía reflejada por cada región viene determinada por varios factores. Uno de ellos es la relación entre los océanos oscuros y la tierra brillante, que difieren en su reflectividad, al igual que el asfalto y las líneas blancas intermitentes.
La superficie terrestre del hemisferio norte es aproximadamente el doble que la del sur y, de hecho, cuando se mide cerca de la superficie de la Tierra, cuando el cielo está despejado, hay más de un 10 por ciento de diferencia en el albedo. Aun así, ambos hemisferios parecen igual de brillantes desde el espacio.
En este estudio, el equipo de investigadores, dirigido por los profesores Yohai Kaspi y Or Hadas, del Departamento de Ciencias Planetarias y de la Tierra de Weizmann, se centró en otro factor que influye en el albedo, uno situado a gran altitud y que refleja la radiación solar: las nubes.
El equipo analizó datos procedentes de las bases de datos más avanzadas del mundo, incluidos datos sobre nubes recogidos a través de satélites de la NASA (CERES), así como datos de ERA5, que es una base de datos meteorológica mundial que contiene información recogida utilizando diversas fuentes en el aire y en tierra, que se remonta a 1950. Los datos del ERA5 se utilizaron para completar los datos sobre las nubes y para establecer una correlación cruzada entre 50 años de estos datos y la información sobre la intensidad de los ciclones y anticiclones.
A continuación, los científicos clasificaron las tormentas de los últimos 50 años en tres categorías, según su intensidad. Descubrieron una relación directa entre la intensidad de la tormenta y el número de nubes que se forman alrededor de ella. Mientras que el Hemisferio Norte y las zonas terrestres en general se caracterizan por tormentas más débiles, por encima de los océanos, en el Hemisferio Sur, predominan las tormentas moderadas y fuertes.