La imagen de la derecha muestra la temperatura promediada orbitalmente en la profundidad de la piel estacional de Arrokoth, calculada según el método 2022 de Umurhan et al. - JHUAPL/SWRI
MADRID, 15 Mar. (EUROPA PRESS) -
Muchos objetos del cinturón de Kuiper (KBO) aún pueden conservar sus hielos volátiles originales, desafiando nociones previas sobre el camino evolutivo de estas reliquias de los albores del Sistema Solar.
Es lo que sugiere una investigación publicada en la revista Icarus sobre el KBO Arrokoth, que arroja nueva luz sobre la preservación de sustancias volátiles como el monóxido de carbono (CO) en cuerpos celestes tan distantes.
La nave espacial New Horizons de la NASA sobrevoló en 2019 Arrokoth, un objeto en forma de muñeco de nieve de 33 kilómetros y ubicado a 6.600 millones de kilómetros de la Tierra.
Los modelos de evolución de KBO anteriores han necesitado ayuda para predecir el destino de los volátiles en estos objetos fríos y distantes. Muchos se basaron en simulaciones engorrosas o suposiciones erróneas, subestimando cuánto tiempo podrían durar estas sustancias.
La nueva investigación ofrece, según sus autores, un enfoque más simple pero eficaz, comparando el proceso con la forma en que el gas se escapa a través de una roca porosa. Sugiere que los KBO como Arrokoth pueden mantener sus hielos volátiles durante miles de millones de años, formando una especie de atmósfera subterránea que frena una mayor pérdida de hielo.
"Quiero enfatizar que la clave es que corregimos un profundo error en el modelo físico que la gente había estado asumiendo durante décadas para estos objetos tan viejos y fríos", dijo en un comunicado Orkan Umurhan, coautor del estudio y científicos del Instituto SETI. "Este estudio podría ser el impulso inicial para reevaluar la teoría de la evolución y actividad del interior del cometa".
BOMBAS DE HIELO
Este estudio desafía las predicciones existentes y abre nuevas vías para comprender la naturaleza de los cometas y sus orígenes. La presencia de hielos tan volátiles en los KBO respalda una narrativa fascinante de estos objetos como "bombas de hielo", que se activan y muestran un comportamiento cometario al alterar su órbita más cerca del sol.
Esta hipótesis podría ayudar a explicar fenómenos como la intensa actividad explosiva del cometa 29P/Schwassmann-Wachmann, lo que podría cambiar la comprensión de los cometas.