MADRID, 4 Nov. (@CIENCIAPLUS) -
Investigadores de la Universidad de Brown han simulado una colisión en el asteroide Vesta, el segundo objeto de mayor tamaño en el cinturón de asteroides.
Su análisis de las imágenes obtenidas de un cañón de ultra-alta velocidad --tomadas a un millón de fotogramas por segundo-- muestra cómo nacieron los surcos profundos que rodean la cintura del asteroide , algunos más grandes que el Gran Cañón de Colorado.
Cuando la nave espacial Dawn de la NASA visitó el asteroide Vesta en 2011, sus imágenes mostraron de cerca los surcos profundos que rodean el ecuador del asteroide, como un cinturón. Según los expertos, éstos fueron causados probablemente por un impacto masivo en el polo sur del asteroide.
El trabajo de la Universidad de Brown ha arrojado nueva luz sobre la cadena de los acontecimientos violentos que debió sufrir Vesta. "Fue martillado", ha explicado uno de los principales autores, Peter Schultz. "Todo el interior fue reverberando, y lo que se ve en la superficie es la manifestación de lo que sucedió en el interior", ha apuntado.
La investigación, publicada en 'Ícaro', sugiere que la cuenca conocida como Rheasilvia, en el polo sur de Vesta, fue creada por un impactador que entró en ángulo, en lugar de recto. Pero, a pesar de ser un golpe 'de refilón' provocó una cantidad casi inimaginable de daños.
Concretamente, el estudio muestra que sólo unos segundos después de la colisión, las rocas en el interior del asteroide comenzaron a agrietarse y a desmoronarse bajo el estrés. En dos minutos las fallas mayores alcanzaron la superficie, formando los profundos cañones cerca del ecuador de Vesta, lejos del punto de impacto.
EL EXPERIMENTO EN EL LABORATORIO
El instrumento utilizado por los expertos usa la pólvora y el gas de hidrógeno comprimido para lanzar proyectiles a una velocidad cegadora de hasta 25.000 kilómetros por hora. Así, Schultz y sus colegas lanzaron pequeños proyectiles en esferas del tamaño de una pelota de softbol, hechas de un material acrílico conocido como PMMA. Al recibir un golpe, el material se vuelve opaco claro en los puntos de alta tensión.
Los expertos observaron el impacto con cámaras de alta velocidad que tienen un millón de disparos por segundo. De este modo, los investigadores vieron cómo se propagan las tensiones tras el impacto a través del material.
El experimento mostró que los daños por el impacto comienzan donde uno esperaría: en el punto de impacto. Sin embargo, poco después, se empiezan a formar fallos dentro de la esfera, frente al punto de impacto. Éstos forman fallas que crecen hacia el centro de la esfera y luego se propagan hacia fuera, hacia los bordes del estaeroide, como una flor.
"En realidad, Vesta tuvo suerte. Si esta colisión hubiera sido en plano recto, no habría gran asteroide, sólo una familia de fragmentos", ha aclarado Schultz.