MADRID, 19 Dic. (EUROPA PRESS) - Un repaso a los datos recogidos por la nave espacial Cassini de la NASA durante su sobrevuelo de Júpiter en 2001, muestra que la tenue atmósfera de Europa es incluso más delgada de lo que se pensaba. También sugiere que el tenue gas caliente alrededor de la luna no muestra evidencias de la actividad de grandes géiseres que se aprecia en el momento del sobrevuelo. La nueva investigación proporciona una instantánea del estado de la actividad de Europa en ese momento, y sugiere que si hay actividad en forma de columnas de vapor de agua, es probable que sea intermitente. Los resultados sobre Europa se han presentado en la reunión de otoño de la Unión Geofísica Americana en San Francisco y se han publicado en la revista Astrophysical Journal. Europa está considerado uno de los más emocionantes destinos en el sistema solar para la exploración futura, ya que muestra fuertes indicios de que tiene un océano debajo de su corteza helada. Cientçificos del espectrógrafo de imágenes ultravioletas de la Cassini (UVIS) analizaron los datos recogidos por el instrumento durante el breve tiempo que observó Europa en 2001, mientras Cassini aceleró a través del sistema de Júpiter en ruta hacia Saturno. Las observaciones muestran que la mayor parte del gas excitado caliente, o plasma, en torno a Europa no se origina en la propia luna, sino a partir de los volcanes en la cercana luna Io. De hecho, a partir de sus datos, los investigadores calcularon que Europa contribuye con 40 veces menos oxígeno a su entorno de lo que se pensaba, informa la NASA. "Nuestro trabajo demuestra que los investigadores han estado sobrestimando la densidad de la atmósfera de Europa", dijo Don Shemansky, un miembro del equipo, quien dirigió el estudio. El equipo encontró que la atmósfera tenue de la luna, que se cree que es millones de veces más fina que la atmósfera de la Tierra, en realidad es aproximadamente 100 veces menos densa que las estimaciones anteriores. Una revisión a la baja en la cantidad de oxígeno que Europa bombea en el medio ambiente alrededor de Júpiter haría menos probable que la luna esté emitiendo regularmente columnas de vapor de agua en órbita, sobre todo en el momento de la adquisición de los datos. "Sin duda, es todavía posible que se produzca actividad de penachos, pero es poco frecuente o éstos son más pequeños de lo que vemos en Encelado", dijo Amanda Hendrix, un miembro del equipo de UVIS en el Instituto de Ciencia Planetaria en Pasadena, coautora de la nuevo estudio. "Si la actividad eruptiva se estaba produciendo en el momento del sobrevuelo de Cassini, estaba en un nivel demasiado bajo para ser detectable por UVIS." Indicaciones de una posible actividad de géiseres fueron reportadas en 2013 por los investigadores que utilizaban el Telescopio Espacial Hubble de la NASA, despertando una ola de interés para la búsqueda de señales adicionales, incluyendo este esfuerzo del equipo UVIS. El sobrevuelo de Júpiter por Cassini en 2001 proporcionó a UVIS la oportunidad de medir directamente el entorno cercano a Europa, lo que no es posible con el Hubble. Instantáneas proporcionadas por las misiones que visitaron Júpiter antes de Cassini siempre ofrecieron fuertes indicios de que Io es el principal contribuyente de material al medio ambiente alrededor de Júpiter, e indicaron un plasma caliente de baja densidad en el entorno de Europa. @CIENCIAPLUS