MADRID, 28 Dic. (EUROPA PRESS) -
Los procesos que llevaron a la glaciación en los polos con cráteres de Mercurio, el planeta más cercano al sol, han sido modelados por investigadores de las universidades de Maine y Brown.
El estudio se centró en la acumulación y el flujo de hielo en Mercurio, con depósitos ubicados en los cráteres permanentemente sombreados cerca de los polos y visibles por un radar basado en la Tierra. Fueron comparados con los depósitos glaciales en la Tierra y Marte.
Sus hallazgos, publicados en la revista Icarus, contribuyen a nuestra comprensión de cómo las acumulaciones de hielo de Mercurio, que se estima tienen menos de 50 millones de años y hasta 50 metros de espesor en algunos lugares, pueden haber cambiado con el tiempo. Los cambios en las capas de hielo sirven como indicadores climáticos.
Al igual que la Luna, Mercurio no tiene una atmósfera que produzca nieve o hielo que pueda explicar los glaciares en los polos. Las simulaciones del equipo liderado por James Fastook, científico del Instituto de Cambio Climático en la Universidad de Maine, sugieren que el hielo del planeta se depositó, probablemente como resultado de un cometa rico en agua u otro evento de impacto, y se ha mantenido estable, con poca o ninguna velocidad de flujo. Eso es a pesar de la extrema diferencia de temperatura entre las ubicaciones sombreadas permanentemente de los glaciares en Mercurio y las regiones adyacentes iluminadas por el sol.
Una de las principales herramientas científicas del equipo fue UMISM (University of Maine Ice Sheet Model), desarrollado para reconstruir la forma y el contorno de las capas de hielo pasadas y presentes en la Tierra y Marte, con los resultados publicados en 2002 y 2008, respectivamente.
"Esperamos que los depósitos (en Mercurio) sean limitados en el suministro, y que sean depósitos inmóviles básicamente estancados, lo que refleja la eficiencia extrema del mecanismo de captura de frío del terreno polar", según explican en un comunicado los investigadores.