MADRID, 12 Feb. (EUROPA PRESS) -
Una nueva misión para supervisar la actividad solar se está abriendo paso hasta una órbita 1,5 millones de kilómetros de la Tierra.
El Observatorio del Clima del Espacio Profundo (DSCOVR) fue lanzado en un cohete Falcon 9 de SpaceX a las 00.05 de este jueves, hora de Madrid, desde la Estación de la Fuerza Aérea de Cabo Cañaveral en Florida.
DSCOVR, una asociación entre la Administración Oceánica y Atmosférica Nacional (NOAA), la NASA y la Fuerza Aérea de Estados Unidos, ofrecerá a los meteorólogos espaciales mediciones más fiables de las condiciones del viento solar, mejorando su capacidad de supervisar la actividad solar potencialmente dañina.
Con DSCOVR en su órbita distante, se convertirá en el primer satélite operativo de Estados Unidos en el espacio profundo, que orbita entre la Tierra y el Sol en un lugar llamado el primer punto de Lagrange, o L1.
DSCOVR se unirá en esta órbita al satélite de investigación Explorador de Composición Avanzada (ACE) de la NASA, de 17 años de edad, y le sustituirá como sistema de alerta primaria de Estados Unidos frente a las tormentas magnéticas solares. ACE seguirá desempeñando su papel importante en la investigación del clima espacial.
CLIMA ESPACIAL
La gestión por la NOAA de DSCOVR incluye la operación y distribución de los datos de clima espacial de la misión nave espacial. Estos datos, junto con un nuevo modelo de pronóstico programado para entrar en funcionamiento a finales de este año, permitirán a los meteorólogos de la NOAA predecir la magnitud de una tormenta geomagnética sobre una base regional.
Las tormentas geomagnéticas se producen cuando el plasma y los campos magnéticos fluyen desde el sol hasta impactar contra el campo magnético de la Tierra. Las grandes erupciones magnéticas del sol tienen el potencial de ocasionar grandes daños a las redes de energía, aviación, telecomunicaciones y sistemas GPS.
Además de los instrumentos meteorológicos especiales de vigilancia de la misión, DSCOVR lleva dos instrumentos de la NASA que observan la Tierra para una serie de mediciones de la capa de ozono y los aerosoles en la atmósfera, así como los cambios en el balance de radiación de la Tierra. Un espectrómetro de electrones de la NASA medirá los electrones en el viento solar.
El Instituto Nacional de Estándares y Tecnología Radiómetro Avanzado (nistar) medirá la energía reflejada y emitida por toda la cara iluminada por el sol de la Tierra. Esta medida está destinada a mejorar la comprensión de los efectos de los cambios en el balance de radiación de la Tierra causados por las actividades humanas y los fenómenos naturales.
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