MADRID, 17 Oct. (EUROPA PRESS) -
La primera nave espacial de retorno de muestras de asteroides de la NASA, OSIRIS-REx, encendió sus propulsores durante 30 segundos el 21 de septiembre y empujó su trayectoria hacia la Tierra.
La corrección de rumbo resultante mantiene al vehículo en camino para entregar una muestra del asteroide Bennu a la Tierra el 24 de septiembre de 2023, completando así una misión de siete años.
La entrega en sí, sin embargo, no es una simple entrega de paquetes en la puerta principal de la Tierra: el OSIRIS-REx de la NASA (Origins Spectral Interpretation Resource Identification Security - Regolith Explorer), debe acercarse a la Tierra a una velocidad y dirección precisas para entregar su cápsula de retorno de muestras.
"Si la cápsula tiene un ángulo demasiado alto, saltará de la atmósfera", dijo en un comunicado Mike Moreau, subdirector del proyecto OSIRIS-REx en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland. "Con un ángulo demasiado bajo, se quemará en la atmósfera de la Tierra".
lA Para garantizar una entrega segura, "durante el próximo año, ajustaremos gradualmente la trayectoria de OSIRIS-REx para apuntar a la nave espacial más cerca de la Tierra", dijo Daniel Wibben, líder de diseño de trayectoria y maniobra de KinetX Inc. "Tenemos que cruzar la órbita de la Tierra en el momento en que la Tierra estará en ese mismo lugar". Wibben trabaja en estrecha colaboración con el equipo de Lockheed Martin en Littleton, Colorado, que vuela la nave espacial.
La maniobra del mes pasado fue la primera vez que el equipo OSIRIS-REx cambió la trayectoria de la nave espacial desde que salió de Bennu el 10 de mayo de 2021. Después de este ajuste de rumbo, OSIRIS-REx pasaría a unos 2.200 kilómetros de la Tierra. Una serie de maniobras que comenzarán en julio de 2023 acercarán aún más a OSIRIS-REx, a 250 kilómetros de la superficie, lo suficientemente cerca como para liberar su cápsula de muestra para un aterrizaje de precisión, en paracaídas en el campo de pruebas y entrenamiento de la Fuerza Aérea de EEUU en el desierto del Gran Lago Salado (Utah).
Los asteroides pueden actuar como cápsulas del tiempo, preservando la historia más antigua de nuestro sistema solar y posiblemente incluso las firmas químicas de los componentes básicos ancestrales de la vida, algo sobre lo que los científicos podrían aprender más al estudiar las muestras de Bennu en el laboratorio. Con poco menos de un año para el final, el equipo de la misión ya se está preparando para la llegada de la muestra.
El Centro Espacial Johnson de la NASA en Houston construyó un nuevo laboratorio de conservación específicamente para almacenar las muestras. Ingenieros y expertos en conservación están diseñando cajas de guantes, herramientas y contenedores de almacenamiento especializados para preservar las muestras en perfectas condiciones.
Johnson supervisará la distribución de porciones de muestra a científicos de todo el mundo. El centro espacial también retendrá y preservará una gran fracción de lo que OSIRIS-REx devuelva para que sea estudiado por las generaciones futuras.