MADRID, 20 Mar. (EUROPA PRESS) -
La nave espacial Rosetta de la ESA ha medido por primera vez nitrógeno molecular en un cometa, una molécula principal en la atmósfera de la Tierra, ingrediente esencial para la vida.
Rosetta llegó en agosto pasado, y desde entonces ha estado recogiendo datos extensos sobre el cometa y su entorno, con sus once instrumentos científicos.
La detección in situ de nitrógeno molecular ha sido buscada hace mucho tiempo en un cometa. El nitrógeno sólo se había detectado ligado a otros compuestos, incluyendo cianuro de hidrógeno y amoníaco, por ejemplo.
Su detección es especialmente importante ya que el nitrógeno molecular se cree que ha sido el tipo más común de nitrógeno disponible cuando el Sistema Solar se estaba formando. En las regiones exteriores más frías, es probable que proporciona la principal fuente de nitrógeno que se incorporó en los planetas gaseosos. También domina en la densa atmósfera de la luna de Saturno Titán, y está presente en las atmósferas y hielos superficiales de Plutón y de la luna de Neptuno Tritón.
Es en estos confines fríos de nuestro sistema solar donde se cree que se formó la familia de cometas que incluye el cometa de Rosetta.
Los nuevos resultados se basan en 138 mediciones recogidas por el instrumento ROSINA (Rosetta Orbiter Spectrometer for Ion and Neutral Analysis instrument), entre el 17 y el 23 octubre de 2014, cuando Rosetta estaba a unos 10 kilómetros del centro de la cometa.
MUY BAJAS TEMPERATURAS
"La identificación de nitrógeno molecular tiene limitaciones importantes en las condiciones en que el cometa se formó, ya que requiere de muy bajas temperaturas para quedar atrapado en el hielo", dice Martin Rubin de la Universidad de Berna, autor principal del artículo que presenta los resultados publicados en el revista Science.
La captura de nitrógeno molecular en el hielo en la nebulosa protosolar se cree que se produjo a temperaturas similares a las requeridas para atrapar monóxido de carbono. Así que con el fin de poner restricciones en los modelos de formación de los cometas, los científicos compararon la proporción de nitrógeno molecular de monóxido de carbono medida en el cometa a la de la nebulosa protosolar, calculado a partir del nitrógeno medido a la proporción de carbono en Júpiter y el viento solar.
Esa proporción para el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko resulta ser aproximadamente 25 veces menor que la del valor protosolar esperado. Los científicos creen que esta reducción puede ser una consecuencia de la formación a muy bajas temperaturas en la nebulosa protosolar hielo.
El calentamiento posterior del cometa a través de la descomposición de los nucleidos radiactivos, o por su migración a órbitas más cerca del Sol, podría haber sido suficiente para desencadenar la liberación de gases de nitrógeno y por tanto una reducción de la relación con el tiempo.
"Este proceso de muy baja temperatura es similar a la forma en que pensamos que Plutón y Tritón han desarrollado su hielo rico en nitrógeno y es consistente con el origen de cometas del Cinturón de Kuiper", dice Martin.
El único otro cuerpo del Sistema Solar con una atmósfera dominada por el nitrógeno es la Tierra. La actual mejor conjetura en su origen es a través de la tectónica de placas, con volcanes liberando nitrógeno encerrado en las rocas de silicato en el manto.
Sin embargo, la pregunta sigue siendo el papel desempeñado por los cometas en la distribución de este importante ingrediente.
"Así como nosotros queríamos aprender más sobre el papel de los cometas en el agua que llegó a la Tierra, también nos gustaría definir la llegada de otros ingredientes, especialmente aquellos que son necesarios para los componentes básicos de la vida, como el nitrógeno", dice Kathrin Altwegg, también en la Universidad de Berna, y principal investigador de ROSINA.