BurstCube, seguido por otro CubeSat llamado SNOOPI (Signals of Opportunity P-band Investigation), emerge de la Estación Espacial Internacional el 18 de abril de 2024. - NASA/MATTHEW DOMINICK
MADRID, 4 Sep. (EUROPA PRESS) -
El satélite BurstCube, del tamaño de una caja de zapatos, ha observado su primer estallido de rayos gamma, el tipo de explosión más potente del universo.
El evento, llamado GRB 240629A, ocurrió el 29 de junio en la constelación austral de Microscopium. El equipo anunció el descubrimiento en una circular de la Red de Coordenadas Generales (GCN, por sus siglas en inglés) el 29 de agosto.
BurstCube se puso en órbita el 18 de abril desde la Estación Espacial Internacional, tras un lanzamiento el 21 de marzo.
La misión fue diseñada para detectar, localizar y estudiar breves estallidos de rayos gamma, breves destellos de luz de alta energía que se crean cuando chocan objetos superdensos como las estrellas de neutrones. Estas colisiones también producen elementos pesados como el oro y el yodo, un ingrediente esencial para la vida tal como la conocemos.
BurstCube es el primer CubeSat que utiliza el sistema TDRS (Tracking and Data Relay Satellite) de la NASA, una constelación de naves espaciales de comunicaciones especializadas. Los datos transmitidos por TDRS (pronunciado "tee-driss") ayudan a coordinar mediciones de seguimiento rápidas por parte de otros observatorios en el espacio y en tierra a través del GCN de la NASA.
BurstCube también envía datos regularmente a la Tierra utilizando el sistema Direct to Earth (Directo a la Tierra); tanto este como TDRS son parte de la Red de Espacio Cercano de la NASA.
Después de que BurstCube se desplegara desde la estación espacial, el equipo descubrió que uno de los dos paneles solares no se extendía por completo. Obstruye la vista del rastreador de estrellas de la misión, lo que dificulta la orientación de la nave espacial de una manera que minimice la resistencia.
El equipo esperaba originalmente operar BurstCube durante 12 a 18 meses, pero ahora estima que el aumento de la resistencia hará que el satélite vuelva a entrar en la atmósfera en septiembre, informa la NASA.