MADRID, 1 May. (EUROPA PRESS) -
La nave Messenger de la NASA culminó su misión, según lo previsto, estrellándose contra la superficie de Mercurio este jueves, poniendo fin a una misión de cuatro años, la primera en torno al planeta más cercano al Sol.
A pesar de haber agotado su combustible, la nave trabajó hasta el último momento y pudo enviar una última fotografía de una pequeña área de un kilómetro de lado del cráter de Jokay, de 93 kilómetros de diámetro. La nave espacial se estrelló a la velocidad de 12.000 kilómetros por hora, justo al norte de la Cuenca Shakespeare en el momento establecido, a las 20.26 horas GMT del 30 de abril. Se cree que el impacto ha dejado un cráter de 15 metros.
Como el impacto ocurrió fuera de la vista y la línea de comunicación con la Tierra, los ingenieros de la misión tuvieron que esperar 30 minutos para anunciar el desenlace de la misión.
En sus 4.103 órbitas a Mercurio, Messenger ha fotografiado el planeta en detalle, y con sus siete instrumentos, los científicos han podido determinar la composición de su corteza, historia geológica, la naturaleza de su campo magnético, una extraña atmósfera de sodio-calcio y depósitos de hielo en cráteres cercanos a sus polos, siempre ocultos a los rayos solares.
Los telescopios terrestres no tienen capacidad de observar el cráter de impacto de la nave por su reducido tamaño y la enorme distancia, pero la futura misión BepiColombo, que llegará al planeta en 2024, si debería ser capaz de mostrarlo.