MADRID, 22 Nov. (EUROPA PRESS) -
Un equipo de investigadores estadounidenses e israelíes ha descubierto lo que podría ser la bodega más grande y antigua en Oriente Próximo, llegando a albergar el equivalente a 3.000 botellas de vino. El grupo la encontró en el yacimiento de unas 30 hectáreas de Tel Kabri, en Israel, donde están las ruinas de una ciudad del norte de Canáan que data del 1.700 antes de Cristo aproximadamente.
Las excavaciones en lo que fuera un gran palacio de los gobernadores de la ciudad fueron codirigidas por Eric H. Cline, de la Universidad George Washington (GW), en Estados Unidos, y Assaf Yasur -Landau, de la Universidad de Haifa, en Israel, con Andrew Koh, de la Universidad de Brandeis, en Estados Unidos, como director asociado. Durante su trabajo, los expertos descubrieron una jarra de unos 92 centímetros, a la que bautizaron como "Bessie".
"Seguimos cavando y cavando y, de repente, los amigos de Bessie comenzaron a aparecer: cinco, diez, 15 hasta, finalmente, 40 frascos en un trastero de 15 por 25 pies (4,5 por 7,6 metros)", explica Cline, presidente del Departamento de Lenguas y Civilizaciones Clásicas y de Oriente Próximo de GW.
"Es un descubrimiento muy significativo, ya que se trata de una bodega que, a nuestro entender, no tiene precedentes en su edad y tamaño", afirmó el director de la investigación, cuyos hallazgos se han presentado este viernes en la reunión anual de las Escuelas Americanas de Investigación Oriental, que se celebra en Baltimore, Maryland, Estados Unidos.
Los 40 frascos encontrados tienen una capacidad de alrededor de 2.000 litros, lo que significa que la bodega podría haber albergado el equivalente a cerca de 3.000 botellas de vinos tintos y blancos. "La bodega se encuentra cerca de una sala donde se llevaron a cabo banquetes, un lugar en el que la élite de Kabri y los huéspedes extranjeros posiblemente consumían carne de cabra y vino", detalla el director del Departamento de Civilizaciones Marítimas en la Universidad de Haifa, Yasur-Landau.
"La bodega y la sala del banquete fueron destruidas durante un mismo hecho violento, tal vez un terremoto, que los cubrió con una gruesa capa de escombros de ladrillos de barro y yeso", añade. Los científicos hallaron también dos puertas que conducen fuera de la bodega, una al sur y otra al oeste, lo que les lleva a pensar que conducían a salas de almacenamiento adicionales, algo que no podrán confirmar hasta la próxima excavación en 2015.
El doctor Koh, profesor asistente de Estudios Clásicos en la Universidad de Brandeis y director asociado de la excavación, analizó los fragmentos de la jarra utilizando el análisis de residuos orgánicos y encontró restos de ácidos tartárico y siríngico, ambos componentes clave en el vino, así como compuestos que sugieren la presencia de ingredientes populares en la antigua vinificación, entre ellos miel, menta, canela, bayas de enebro y resinas.
La receta es similar a los vinos medicinales utilizados durante 2.000 años en el antiguo Egipto y, según Koh, la misma receta "se sigue estrictamente en cada frasco". Los investigadores quieren continuar analizando la composición de cada solución con el fin de obtener la suficiente información para recrear el sabor, unas pruebas que podrían tenerse en un par de años.