MADRID, 18 Jun. (EUROPA PRESS) -
El ministro de Ciencia e Innovación, Pedro Duque, ha mantenido este jueves una reunión por videoconferencia con los responsables de cinco proyectos de investigación que trabajan en el desarrollo de nuevas tecnologías para hacer frente al SARS-CoV-2 y que están siendo financiados por el Fondo COVID-19, que gestiona el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII).
Entre ellos se encuentran dos proyectos para localizar el virus en el aire en espacios hospitalarios a través de equipos de muestreo; desarrollar un sistema de detección rápida de zonas contaminadas en superficies con cámaras que manejan diversos espectros lumínicos; obtener las frecuencias de vibración del virus para eliminarlo mediante la emisión de radiofrecuencia y generar organoides para desarrollar posibles terapias y analizar el comportamiento espacial de transmisión del virus en espacios urbanos para localizar los principales focos de contagio.
Los investigadores han explicado al ministro los avances de sus proyectos, estudios basados en enfoques muy innovadores que, además, en algunos casos podrían resultar complementarios.
LOCALIZACIÓN EN AIRE
En el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBMSO) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el virólogo Antonio Alcamí lidera el proyecto que tiene como objetivo utilizar equipos de muestreo para la localización del virus en el aire de entornos sanitarios, como hospitales y centros de salud. Su grupo ha optimizado recientemente métodos basados en filtros capaces de retener la comunidad completa de virus, que es estable durante al menos tres horas en el aire.
Este equipo propone utilizar esta metodología para detectar el SARS-CoV-2 en hospitales y realizar un estudio longitudinal de la prevalencia del virus en espacios hospitalarios. En paralelo, están desarrollando nanopartículas como métodos colorimétricos de detección sencillos, aplicables a hospitales, para monitorizar rápidamente la presencia de virus captados en el aire.
Además, desarrollarán sensores laser-induced fluorescence (LIF) como un método de detección directa de partículas de SARS-CoV2 y otros virus en el aire, sin necesidad de procesar las muestras. Estos sistemas permitirían la generación de estaciones de identificación de virus para su instalación en entornos urbanos e infraestructuras de transporte.
VISUALIZACIÓN ÓPTICA DE SUPERFICIES
La Universidad de Sevilla, el Instituto de Biomedicina de Sevilla y, entre otros, el Grupo de Técnicos Especialistas en Desactivación de Artefactos Explosivos (TEDAX) de la Policía Nacional coordinan un proyecto que está desarrollando un sistema de visualización óptica de superficies con el objetivo de poder identificar residuos del virus allí donde ha estado presente.
El catedrático Emilio Gómez ha explicado que el proyecto busca diseñar, desarrollar y evaluar un dispositivo prototipo portátil, mediante tecnologías ópticas existentes combinadas con inteligencia artificial, para la detección rápida y sin contacto de zonas contaminadas en superficies.
En concreto, plantea combinar imágenes multiespectrales en el rango óptico (ultravioleta a infrarrojo térmico) y de terahercios; usar métodos de análisis mediante óptica computacional, interferometría y holografía; integrar la información mediante inteligencia artificial, y realizar pruebas de laboratorio y en entornos contaminados y limpios.
Por su parte, la Universidad de A Coruña coordina el proyecto VirionBreak, que realiza un análisis dinámico estructural de la cápside del virus SARS-CoV-2 con el fin de obtener sus frecuencias y modos propios de vibración y determinar las características de una emisión de radiofrecuencia que pueda provocar su colapso.
El catedrático Fermín Luis Navarrina ha explicado que los resultados definirán los parámetros de diseño de un dispositivo emisor (probablemente de microondas en las bandas SHF y EHF del espectro electromagnético) que permita destruir total o parcialmente la cápside del virus por resonancia inducida.
A partir de ahí, podrá construirse un dispositivo para ser usado con fines profilácticos de forma inmediata para la desinfección de material inerte y de residuos biológicos contaminados y en caso de que las frecuencias de vibración y la energía necesaria para provocar la destrucción de la cápside resulten inocuas para seres humanos, el mismo principio podría también aplicarse para el tratamiento.
CRIBADO DE FÁRMACOS
El proyecto ACE2-ORG, del Instituto de Bioingeniería de Cataluña (IBEC), se basa en la generación de organoides (modelos celulares en tres dimensiones que simulan un entorno biológico complejo) para estudiar posibles terapias y realizar un cribado de fármacos.
La doctora Nria Montserrat, líder del proyecto, ha explicado que estudian en los organoides las condiciones clínicas que pueden empeorar el pronóstico del COVID-19, como la diabetes, para concretar nuevos abordajes terapéuticos efectivos. Para ello, el proyecto investiga las respuestas celulares de estos 'miniórganos' y la relación de la enzima convertidora de angiotensina II (ACE2) con el virus SARS-CoV-2.
Finalmente, el proyecto de la investigadora María Jesús Perlés, de la Universidad de Málaga, se centra en la creación de cartografías de peligrosidad de transmisión del SARS-CoV-2 a nivel de micro-escala. El proyecto analiza el comportamiento de transmisión del virus en espacios urbanos para identificar los principales focos de contagio.
De este modo, se obtendría conocimiento sobre los puntos más virulentos con una evolución más rápida y el efecto de los factores urbanos en la infecciosidad, factores clave para cortar la cadena de transmisión del virus. El estudio está constituido por los espacios urbanos de la provincia de Málaga, incluida su capital, en la que ya se están obteniendo resultados.