MADRID, 7 Dic. (EUROPA PRESS) -
Investigadores han advertido de los efectos adversos que tienen los nanoplásticos contaminantes en la neurotransmisión de vertebrados e invertebrados.
Así lo han reflejado miembros del Grupo de Biología y Toxicología Ambiental, de la Facultad de Ciencias de la UNED, en colaboración con miembros del Área de Toxicología Ambiental del Centro Nacional de Sanidad Ambiental (CNSA) del Instituto de Salud Carlos III, que han publicado un artículo sobre los efectos que tienen a nivel molecular los nanoplásticos de poliestireno en embriones de pez cebra.
En el estudio, publicado por las investigadoras Raquel Martín Folgar y Mónica Morales Camarzana, ambas profesoras de la Facultad de Ciencias de la UNED, junto a las investigadoras Mónica Torres-Ruiz, Mercedes de Alba, Ana I. Cañas-Portilla y María del Carmen González, del Instituto de Salud Carlos III, se analizan los cambios en la expresión de diferentes genes implicados en distintas rutas metabólicas y todo ello en embriones de pez cebra de 120 horas post fecundación y tras la exposición a los nanoplásticos de poliestireno de 30 nanómetros en diferentes concentraciones.
En sus investigaciones, evaluaron la respuesta a estrés oxidativo producido por los nanoplásticos en peces cebra y para ello analizaron la respuesta de la expresión de genes que codifican enzimas antioxidantes, como la superóxido dismutasa (SOD) y la catalasa (CAT).
Estas enzimas desempeñan un papel en la protección contra la molécula de especie reactiva de oxígeno (ROS - reactive oxygen species) y ayudan a mantener la homeostasis celular. Los resultados mostraron ciertas alteraciones en la expresión de dos genes de estrés oxidativo.
El trabajo muestra que estas alteraciones parecen inducir la activación de una respuesta inflamatoria y apoptótica de la célula, junto con una inhibición de genes antiapoptóticos. También, estos nanomateriales afectaron a la neurotoxicidad inhibiendo la actividad de la acetilcolinesterasa.
Esta enzima pertenece a la familia de las colinesterasas y su función principal es degradar la acetilcolina (ache) y terminar la neurotransmisión. Los investigadores destacan que la enzima es esencial para el buen funcionamiento del sistema nervioso tanto de vertebrados como de invertebrados y que la inhibición de su actividad conduce a la acumulación de acetilcolina y a un deterioro muscular muy severo.
Esta desregulación plantea la posibilidad de que la exposición a los nanoplásticos pueda inducir efectos adversos en la neurotransmisión. Aunque es necesario seguir estudiando con más detalle los mecanismos de acción específicos de estos contaminantes emergentes, los expertos aseguran que se necesitan más investigaciones "para desentrañar la relevancia de cada uno de los mecanismos postulados anteriormente".
En este trabajo se ponen de manifiesto las ventajas de las técnicas moleculares para evaluar el efecto de los nanoplásticos y se muestra el riesgo que estos contaminantes emergentes suponen para los organismos vivos.