MADRID 14 Oct. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han viajado a la costa oeste de Groenlandia para estudiar las consecuencias ambientales del deshilo de los glaciares. La misión se enmarca en el proyecto Neoclim que pretende determinar las condiciones climáticas que han controlado los avances y retrocesos de los glaciares del Ártico durante los últimos 4.000 años.
A través de este proyecto, englobado en la Plataforma Temática Interdisciplinar PolarCSIC, trabajan junto a otras instituciones nacionales e internacionales en la reconstrucción climática a partir de sedimentos encontrados en la zona.
Santiago Giralt, investigador de Geociencias Barcelona (GEO3BCN-CSIC) y coordinador del proyecto Neoclim, fue uno de los ocho científicos que ha pasado 15 días en los márgenes del casquete occidental de la isla ártica. Su trabajo en Groenlandia consistió en recoger sedimentos depositados por los glaciares y del fondo de tres lagos para así, posteriormente, estudiar de forma multidisciplinar esas muestras y realizar reconstrucciones climáticas de la zona.
"A partir de estas reconstrucciones, veremos cuáles han sido las evoluciones de los principales modos climáticos como la Oscilación del Atlántico Norte (NAO), el Patrón del Atlántico Este (EAP) y el Índice de Bloqueos de Groenlandia (GIB)", ha detallado Giralt.
Estos modelos de variabilidad climática no solo tienen un papel fundamental en la evolución del clima y del deshielo en Groenlandia, sino que también controlan una parte significativa de la variabilidad climática de la Península Ibérica. Según Giralt, "comprender cuál podría ser su evolución futura a corto, medio y largo plazo permitiría tener una visión bastante precisa de cuál podría ser el patrón de recurrencia de sequías, inundaciones y fluctuaciones significativas de la temperatura".
LOS RETOS DE INVESTIGAR EN GROENLANDIA
Realizar un viaje de esta magnitud requiere un importante despliegue de medios y de recursos, así como un proceso largo de planificación y preparación. A la hora de trabajar en un lugar como Groenlandia, donde la temperatura en verano oscila entre 0 y los 12 C, se debe duplicar el material crítico por si se pierde o estropea, y llevar comida adicional por si las condiciones meteorológicas impiden la salida el día previsto.
De cara al año que viene, los investigadores ya están organizando la próxima campaña al país danés. La idea, según explica Giralt, es viajar a una zona aún más remota para finales de primavera. "Los lagos estarán helados y no harán falta las barcas ya que podremos trabajar desde encima de la cubierta de hielo de una forma más cómoda, aunque con más frío", ha explicado investigador de GEO3BCN-CSIC, que también tiene previsto viajar a Islandia durante este proyecto.