MADRID 12 Dic. (EUROPA PRESS) -
La ceremonia de entrega de los Premios de Física 2019 ha reivindicado el valor del conocimiento para impulsar los avances tecnológicos y además como un 'GPS cognitivo' que sirve de guía para orientar a la sociedad ante los grandes retos de este tiempo, como el cambio climático.
Según ha informado la Fundación BBVA, durante la gala se han reconocido avances en la exploración de los componentes más elementales de la materia, la creación de nuevos materiales con propiedades insólitas, la fabricación de células sintéticas capaces de transportar fármacos, la invención de tecnologías ópticas para mejorar la visión, y el desarrollo de la computación cuántica.
En este sentido, el director de la Fundación BBVA, Rafael Pardo, ha defendido en su discurso el valor del conocimiento básico "aparentemente inútil", no solo para impulsar el desarrollo tecnológico y "resolver problemas prácticos", sino para "expandir la visión" de cada individuo a la hora de comprender la realidad.
Así, Pardo ha reivindicado la importancia de formar a las nuevas generaciones para que adquieran las herramientas cognitivas que aporta la cultura científica. "¿No es extraordinariamente útil que, gracias a esa extraordinaria invención social que es la educación, cada año nuevas cohortes de niños y adolescentes puedan apropiarse de manera universal de los elementos esenciales, del software mental para entender el mundo y actual en él?", ha planteado.
Por su parte, el presidente de la Real Sociedad Española de Física (RSEF), José Adolfo de Azcárraga, ha recordado que "la ciencia contribuye extraordinariamente al desarrollo económico y social", como se ha visto, a su juicio, en el caso de la física, y además es "el único ejemplo de sociedad abierta que existe en el planeta, sin fronteras ni diferencias de clases, razas o creencias; afortunadamente, el conocimiento científico no tiene patria".
En su opinión, los importantes desafíos a que debe hacer frente una Humanidad que alcanzará los 11.200 millones de personas a finales del siglo XXI, ha señalado Azcárraga, no serán abordables sin la ayuda de la ciencia. "Sin Ciencia, y sin Física en particular, no habrá futuro", ha apostillado.
En esta edición la Medalla de la Real Sociedad Española de Física (RSEF) se ha concedido a Eugenio Coronado, por ser uno de los pioneros mundiales del magnetismo y la espintrónica molecular, y abrir vías de avance en computación cuántica y nuevos materiales.
Por su parte, Carlos Dorronsoro ha ganado el Premio Física, Innovación y Tecnología por desarrollar y transferir tecnologías ópticas con un alto impacto social y económico.
Los galardonados en las categorías de Joven Investigador son Carlos Hernández (Física Teórica), por sus contribuciones a una nueva generación de láseres ultrarrápidos; y Laura Rodríguez (Física Experimental), por sus resultados en física experimental de la materia condensada blanda.
En Enseñanza y Divulgación de la Física los galardonados son Santiago Velasco (Enseñanza Universitaria), por acercar la física a un público muy amplio que abarca desde estudiantes a colectivos desfavorecidos o en riesgo de exclusión; y Miguel Ángel Queiruga (Enseñanza Media), por su implicación en proyectos educativos nacionales a internacionales y su gran capacidad de involucrar a los estudiantes.
Los premios al Mejor Artículo en las publicaciones de la RSEF han sido para Isabel Salinas Marín, Marcos H. Giménez, Juan A. Sans, Juan C. Castro-Palacio y Juan A. Monsoriu, profesores del proyecto SmartPhysics y autores del artículo 'Cómo visualizar oscilaciones forzadas en tu Smartphone', en el que el teléfono móvil se convierte en una eficaz herramienta pedagógica; y para María del Prado Martín, autora de 'Monólogo de una gravitona en crisis de identidad. O sobre las teorías alternativas de gravedad', sobre física gravitacional.
Estos galardones, otorgados conjuntamente por la Real Sociedad Española de Física y la Fundación BBVA desde 2007, reconocen la excelencia de los mejores científicos españoles en este campo, con atención especial a los jóvenes investigadores. Los premios fueron instaurados por la RSEF en 1958 y son ya una tradición en el ámbito de la física española. Su ceremonia de entrega reúne cada año a muchos de los mejores expertos en esta disciplina, que es celebrada como rama de la ciencia producto de la más pura curiosidad por entender el mundo, y que se nutre de imaginación y creatividad.