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MADRID, 11 Abr. (EUROPA PRESS) -
Se acepta ampliamente que los humanos anatómicamente modernos se cruzaron con sus parientes cercanos, los neandertales y los denisovanos, cuando se dispersaron fuera de África.
Pero un estudio que examina los fragmentos de ADN transmitidos de estos antiguos homínidos a las personas modernas que viven en la isla del sudeste asiático y Nueva Guinea, sugiere ahora que la ascendencia de los papúes incluye no solo uno sino dos linajes denisovanos distintos, que se habían separado unos de otros durante cientos de miles de años.
De hecho, los investigadores sugieren que uno de esos linajes denisovanos es tan diferente del otro que realmente deberían considerarse como una especie de homínina arcaica completamente nueva.
Los hallazgos, basados en una nueva recopilación de datos genómicos posible por coautores del estudio del Instituto Eijkman de Biología Molecular en Yakarta, Indonesia, se detallan en un artículo publicado en la revista 'Cell'. Tomados en conjunto con trabajos anteriores, que apuntan a un tercer linaje de Denisova en los genomas de los siberianos modernos, los nativos americanos y los asiáticos orientales, la evidencia "sugiere que los humanos modernos se cruzaron con múltiples poblaciones de Denisova, que estaban aisladas geográficamente entre sí a lo largo del tiempo evolutivo profundo", escriben los investigadores.
Los nuevos hallazgos muestran que los humanos modernos que salían de África por primera vez estaban entrando en un mundo nuevo que se veía completamente diferente al que vemos hoy. "Solíamos pensar que solo éramos nosotros, los humanos modernos y los neandertales", señala el autor principal, Murray Cox, de la Universidad de Massey, en Nueva Zelanda. "Ahora sabemos que hubo una gran diversidad de grupos humanos en todo el planeta. Nuestros ancestros estuvieron en contacto con ellos todo el tiempo", añade.
La nueva evidencia también muestra inesperadamente una mezcla extra entre los papúes y uno de los dos grupos denisovanos, lo que sugiere que este grupo realmente vivía en Nueva Guinea o sus islas adyacentes. "La gente solía pensar que los denisovanos vivían en el continente asiático y muy al norte --dice Cox--. Nuestro trabajo, en cambio, muestra que el centro de la diversidad arcaica no estaba en Europa ni en el norte congelado, sino en el Asia tropical".
Ya había quedado claro que la isla del sudeste asiático y Nueva Guinea era un lugar especial, donde los individuos tenían más ADN de homínidos arcaicos que en cualquier otro lugar de la Tierra. La región también fue reconocida como clave para la evolución temprana del 'Homo sapiens' fuera de África. Pero hubo vacíos en la historia.
DOS LINAJES DENISOVANOS DIVERGENTES
Para ayudar a llenar esos vacíos, el equipo de Cox excavó haplotipos arcaicos de 161 genomas nuevos que abarcan 14 grupos de islas en la isla del sudeste asiático y Nueva Guinea. Sus análisis descubrieron grandes tramos de ADN que no coincidían con una sola introgresión (movimiento de genes de una especie a otra) de genes de Denisovana en humanos en la región. En su lugar, informan, los papúes modernos llevan cientos de variantes genéticas de dos linajes denisovanos profundamente divergentes. De hecho, estiman que esos dos grupos de denisovanos habían estado separados unos de otros durante 350.000 años.
Los nuevos hallazgos resaltan cuán "increíblemente poco estudiado" ha sido esta parte del mundo, dicen los investigadores. Para ponerlo en contexto, muchos de los participantes del estudio viven en Indonesia, un país del tamaño de Europa que es el cuarto país más grande en función del tamaño de su población.
Y, sin embargo, aparte de un par de genomas informados en un estudio mundial de la diversidad genómica en 2016, el nuevo artículo detalla sobre las primeras secuencias del genoma indonesio. También ha habido un fuerte sesgo en los estudios de homínidos arcaicos en Europa y el norte de Eurasia porque el ADN recogido de huesos antiguos sobrevive mejor en el frío del norte.
Los investigadores afirman que esta falta de representación global en los datos del genoma antiguo y moderno es evidente. "Sin embargo, no creemos que las personas realmente hayan comprendido el sesgo que esto supone para las interpretaciones científicas, como, por ejemplo, la distribución geográfica de las poblaciones de homínidos arcaicos", dice Cox.
Tan fascinantes como son estos nuevos hallazgos, los investigadores dicen que su objetivo principal es utilizar estos nuevos datos genómicos para ayudar a mejorar la atención médica de las personas en la isla del sudeste asiático. Dicen que este primer estudio del genoma en la región ahora ofrece la información de referencia necesaria para poner en marcha ese trabajo.