MADRID, 27 Feb. (EUROPA PRESS) -
Los primeros cazadores-recolectores de la Edad de Piedra en el sur de África ya seleccionaban el material más adecuado disponible para herramientas de piedra y puntas de lanza hace más de 60.000 años.
Un estudio dirigido por el Dr. Patrick Schmidt de la sección de Prehistoria Temprana y Ecología Cuaternaria de la Universidad de Tubinga, utilizaron un modelo especialmente desarrollado para probar la fuerza necesaria para desprender pedazos de las diversas rocas que se utilizaron para fabricar herramientas con bordes afilados en Diepkloof Rock Shelter, un sitio a unos 150 kilómetros al norte de Ciudad del Cabo. El estudio ha sido publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Durante el período más largo de la historia de la humanidad, la piedra fue la materia prima más importante para la fabricación de herramientas. "Las piedras se cortaban o cortaban en escamas para fabricar herramientas como cuchillos y raspadores", dice Schmidt en un comunicado. La Edad de Piedra comenzó hace unos 2,6 millones de años y no terminó hasta el año 2000 a.C., según la región. El primer paso en la producción de herramientas fue la recolección de piedras específicas.
En colaboración con un equipo de geociencias y del Centro de Competencia Arqueometría de Baden-Wurtemberg de la Universidad de Tubinga y de la Universidad de Aix-Marsella, Schmidt investigó cómo los primeros humanos empezaron a seleccionar cuidadosamente su materia prima.
El equipo de investigación llevó a cabo su estudio en uno de los sitios más importantes de la Edad de Piedra Media, el refugio rocoso Diepkloof en la provincia sudafricana del Cabo Occidental. Es conocido por algunas de las primeras evidencias del uso de símbolos por parte de los humanos: cáscaras de huevos de avestruz de aproximadamente 60.000 años de antigüedad, decoradas con patrones y utilizadas como recipientes de agua.
"Investigamos qué rocas se utilizaron para las herramientas y puntas de lanza encontradas allí. Entre ellas se encuentran cuarcita, sicreta y una roca llamada hornfels", afirma Schmidt. "Obtuvimos trozos de la misma roca de los alrededores y analizamos sus propiedades mecánicas".
El equipo de investigación desarrolló un modelo físico que puede utilizarse para calcular la fuerza relativa necesaria para producir escamas de una roca concreta o romperla. "Nuestros cálculos se basan en medidas estándar conocidas en la ciencia de los materiales. Lo que proponemos es una nueva forma de interpretar estas medidas en términos de la calidad de la piedra de la herramienta", afirma Schmidt.
"Nuestras comparaciones muestran que los cazadores-recolectores de Diepkloof seleccionaron aquellas rocas con la mejor combinación de propiedades para una forma particular de herramienta", dice Schmidt.
Como ejemplo, menciona Still Bay Points: puntas delgadas finamente elaboradas que tenían forma en ambos lados. Estos fueron hechos de un material que requiere relativamente poca fuerza durante la producción de herramientas, pero, cuando se convierten en proyectiles, se rompe sólo bajo fuerzas relativamente altas.
"La razón de esto son los diferentes volúmenes en los que se producen los fenómenos de fractura. Durante la producción, las fracturas se generan en volúmenes relativamente pequeños cerca del borde de la pieza. Cuando la punta terminada se utiliza como proyectil, la fuerza de impacto resultante se distribuye en todo el volumen del punto".
El estudio muestra que ya en la Edad de Piedra Media, los africanos conocían muy bien las distintas propiedades de los materiales y, por lo tanto, seleccionaban determinados tipos de roca según su finalidad.
"Estos hallazgos nos ayudan a comprender los procesos que tuvieron lugar entre nuestros antepasados en el camino hacia la modernidad. Muestran que estas personas eran ingenieros que utilizaron su amplio conocimiento de los recursos disponibles de manera específica", afirma Schmidt.