MADRID, 7 Feb. (EUROPA PRESS) -
El descubrimiento de una planta fósil de 80 millones de años hace retroceder el registro de casi 40.000 especies de plantas con flores, incluidos cultivos básicos como el café, los tomates y las patatas.
Brian Atkinson, profesor adjunto de ecología y biología evolutiva en la Universidad de Kansas, publicó recientemente un estudio de la planta fósil, llamada Palaeophytocrene chicoensis, en la revista Nature Plants.
El investigador afirma que los hallazgos ayudan a establecer que uno de los grupos de plantas con flores más diversos sobrevivió al cataclismo que acabó con los dinosaurios para evolucionar hasta convertirse en miles de especies modernas conocidas, incluidos cultivos alimentarios vitales para la humanidad.
"Este fósil nos dice que un grupo realmente diverso de plantas con flores evolucionó antes de nuestra comprensión original", dijo Atkinson en un comunicado.
"El fósil pertenece a un grupo de lianas, enredaderas leñosas que añaden complejidad estructural a las selvas tropicales. Nos muestra que este grupo de plantas con flores apareció muy pronto en el registro fósil. Algunas hipótesis apuntaban a su existencia en el Cretácico, pero no había pruebas claras. Esto es un gran indicador de que las selvas tropicales, estructuralmente complejas y de tipo moderno, pueden haber existido hace 80 millones de años".
Según el investigador de la KU, el fruto fósil arroja nueva luz sobre un "intervalo crítico" en la historia de la vida en la Tierra.
"Es una época en la que los bosques pasan de estar dominados por gimnospermas como las coníferas a estarlo por plantas con flores", explicó Atkinson.
"Sabemos que estas transiciones ecológicas se produjeron durante el Cretácico Superior, pero aún nos faltan pruebas fundamentales, como por ejemplo cómo se formaron ciertos ecosistemas, como las selvas tropicales, que hoy en día comprenden más de la mitad de las especies de plantas que viven en la actualidad. Este fósil muestra que este diverso grupo de plantas, las lamiáceas, eran más antiguas de lo que se pensaba, y que los ecosistemas cretácicos de la costa oeste de Norteamérica podrían haberse asemejado a selvas tropicales estructuralmente complejas".
El fósil, en buen estado de conservación, fue desenterrado en la década de 1990 por el equipo de construcción de unas viviendas cerca de Granite Bay, en Sacramento (California). Situado en depósitos de la Formación Chico, vinculada al Campaniano (quinta de las seis edades de la época del Cretácico Superior), el fósil fue recogido por Richard Hilton y Patrick Antuzzi, del Sierra College, y conservado en su museo de historia natural.