Yacimiento de Le Peu - ANTIQUITY (2023). DOI: 10.15184/AQY.2022.169
MADRID, 22 Feb. (EUROPA PRESS) -
Arqueólogos franceses han hallado uno de los primeros emplazamientos residenciales de los constructores prehistóricos de algunas de las primeras estructuras monumentales de piedra de Europa.
Durante el Neolítico, los habitantes del centro-oeste de Francia construyeron numerosos e impresionantes monumentos megalíticos, como túmulos y dólmenes. Aunque las tumbas de estos pueblos resistieron el paso del tiempo, los arqueólogos llevan más de un siglo buscando sus hogares.
"Desde hace mucho tiempo se sabe que los megalitos europeos más antiguos aparecieron en la costa atlántica, pero el hábitat de sus constructores seguía siendo desconocido", explica el Dr. Vincent Ard, del CNRS, el Centro Nacional de Investigación Científica de Francia.
Ahora, el doctor Ard y un equipo de investigadores que trabajan en el departamento de Charente han identificado el primer recinto residencial conocido perteneciente a algunos de los primeros constructores megalíticos de Europa.
QUINTO MILENIO ANTES DE CRISTO
El recinto de Le Peu fue descubierto durante un reconocimiento aéreo en 2011 y desde entonces ha sido objeto de intensas investigaciones. Los resultados de estos trabajos, publicados en la revista Antiquity, revelaron una empalizada que rodeaba varios edificios de madera construidos durante el quinto milenio antes de Cristo.
Esto las convierte en las estructuras de madera más antiguas de la región y en el primer emplazamiento residencial contemporáneo de los constructores de monumentos neolíticos. Se encontraron al menos tres viviendas, cada una de unos 13 metros de largo, agrupadas cerca de la cima de una pequeña colina delimitada por la empalizada.
Desde su colina era visible el cercano cementerio megalítico de Tusson. Esto planteaba la posibilidad de que los habitantes de Le Peu hubieran construido los cinco largos montículos del yacimiento. Para comprobarlo, los arqueólogos llevaron a cabo una datación por radiocarbono que reveló que estos monumentos son contemporáneos de Le Peu, lo que sugiere que ambos yacimientos están relacionados.
Aunque los habitantes de Le Peu construyeron monumentos a los muertos, también invirtieron mucho tiempo y esfuerzo en proteger a los vivos. El análisis del paleosuelo recuperado en el yacimiento reveló que estaba situado en un promontorio bordeado por una marisma. Estas defensas naturales se veían reforzadas por una muralla empalizada de zanjas que se extendía alrededor del yacimiento.
La entrada estaba especialmente bien defendida por dos estructuras monumentales. Al parecer, fueron añadidos posteriores que obligaron a rellenar parte del foso defensivo.
"El yacimiento revela la existencia de arquitecturas monumentales únicas, probablemente defensivas. Esto demuestra un aumento de las tensiones sociales neolíticas", afirmó el Dr. Ard.
Sin embargo, estas impresionantes defensas pueden haber resultado insuficientes, ya que todos los edificios de Le Peu parecen haber sido incendiados hacia el 4400 a.C.. Sin embargo, tal destrucción ayudó a preservar el yacimiento.
Por ello, el doctor Ard y su equipo esperan que las nuevas investigaciones en Le Peu sigan arrojando luz sobre la vida de unas gentes que sólo se conocen por sus monumentos a los muertos. Ya muestra cómo sus emplazamientos residenciales tenían una escala monumental, nunca antes vista en la sociedad prehistórica atlántica.