MADRID, 9 Abr. (EUROPA PRESS) -
El cráter Chicxulub, la huella del asteroide que acabó con los dinosaurios, fue un auténtico caldo de cultivo para la vida, enriqueciendo el océano suprayacente durante al menos 700.000 años,
Una investigación publicada en Nature Communications ha descubierto que un sistema hidrotermal creado por el impacto de ese asteroide hace 66 millones de años podría haber contribuido al florecimiento de la vida marina en el lugar del impacto, generando y circulando nutrientes en el entorno del cráter, en el actual Golfo de México.
"Tras el impacto del asteroide, el Golfo de México registra un proceso de recuperación ecológica muy diferente al del océano global, ya que la continua actividad hidrotermal ha creado un entorno marino único", afirmó en un comunicado Honami Sato, autora principal del estudio y profesora adjunta de la Universidad de Kyushu (Japón).
Sean Gulick, profesor de investigación de la Escuela de Geociencias Jackson de la Universidad de Texas en Austin, es coautor del estudio. En 2016, codirigió una expedición de perforación científico en Chicxulub, donde se recuperaron muestras de núcleos del cráter.
Este estudio es el último descubrimiento derivado de la investigación sobre los 829 metros de núcleos recuperados por el equipo internacional de investigadores.
SUSTENTO PARA LA VIDA
Investigaciones previas ya habían determinado que la vida regresó al lugar del cráter en cuestión de años. El nuevo estudio presenta evidencia de que un sistema hidrotermal creado por el impacto del asteroide y su lámina fundida enterrada bajo el lecho marino probablemente influyó en su recuperación y sustento durante cientos de miles de años.
"Cada vez comprendemos mejor la importancia de los sistemas hidrotermales generados por impactos para la vida", afirmó Gulick. "Este artículo representa un avance que demuestra el potencial de un impacto para afectar el océano suprayacente durante cientos de miles de años".
La investigación se centra en un elemento químico llamado osmio. Una proporción particular de osmio está asociada con los materiales de los asteroides. Los investigadores encontraron evidencia de que el osmio del asteroide enterrado kilómetros bajo el cráter del impacto se liberaba continuamente en el Golfo de México debido a la actividad hidrotermal submarina.
En otras palabras, a medida que el agua caliente se desplazaba bajo el lecho marino y ascendía a la superficie, también lo hacían los restos del asteroide. A medida que el fluido hidrotermal se enfriaba con el tiempo, los restos del asteroide salían del agua y se precipitaban en sedimentos. Los investigadores analizaron el sedimento, que fue llevado a la superficie en las muestras de núcleos, y lo utilizaron para determinar la extensión del sistema hidrotermal y la duración del enriquecimiento de osmio.
Los investigadores también descubrieron que, a medida que el sistema hidrotermal dejaba de liberar osmio del asteroide, cambiaban los tipos de vida marina que habitaban el cráter. Descubrieron que, cuando el sistema hidrotermal liberaba este osmio, el tipo de plancton presente en el entorno se asociaba con entornos ricos en nutrientes. Cuando el osmio volvía a los niveles previos al impacto, el plancton se asociaba con entornos pobres en nutrientes.
Este hallazgo indica que el ecosistema ya no se sustentaba con los nutrientes del sistema hidrotermal que se liberaban al océano suprayacente. Sin embargo, bajo el lecho marino, el sistema hidrotermal persistió durante millones de años; simplemente quedó enterrado cada vez más profundamente por millones de años de sedimentación.
CATALIZADOR PARA LA VIDA
"Este estudio revela que los eventos de cráteres de impacto, si bien son principalmente destructivos, en algunos casos también pueden provocar una actividad hidrotermal significativa", afirmó el coautor Steven Goderis, profesor de investigación de la Vrije Universiteit Brussel (Bélgica). "En el caso de Chicxulub, este proceso desempeñó un papel vital en la rápida recuperación de los ecosistemas marinos".
Con la desaparición de los dinosaurios, el impacto de Chicxulub es bien conocido por su vínculo con la extinción masiva. Gulick afirmó que esta investigación es importante porque demuestra que este impacto también puede ser un catalizador para la vida.