MADRID, 16 Dic. (EUROPA PRESS) -
La secuencia completa del genoma de los caballos modernos y antiguos ha desvelado los genes seleccionados por los humanos en una domesticación de 5.500 años, pero también ha revelado su coste.
Un nuevo estudio dirigido por el Centro de GeoGenetics de la Universidad de Copenhague, en colaboración con científicos de 11 universidades internacionales, informa que una parte significativa de la variación genética en los caballos domesticados modernas podría atribuirse a mestizajes con los descendientes de una población extinta de caballos salvajes.
Esta población era distinta de la única población de caballos salvajes superviviente, el de los caballos de Przewalski (en la imagen). El estudio ha sido publicado en 'Proceedings'.
La domesticación del caballo hace unos 5.500 años, revolucionó en última instancia la civilización de las sociedades humanas. Los caballos facilitaron el transporte, así como la circulación de ideas, lenguas y religiones. Los caballos también revolucionaron la guerra con la llegada de carros y caballería, y esos mismos caballos estimularon enormemente la agricultura. Sin embargo, la domesticación del caballo y la posterior invasión de la civilización humana también dio lugar a la casi extinción de los caballos salvajes.
La única población de caballos salvajes que ha sobrevivido, los caballos de Przewalski de Mongolia, desciende de sólo 13 ejemplares, que se conservan sólo a través de un esfuerzo masivo de conservación. Como consecuencia de esta pérdida masiva de diversidad genética, los efectos de la domesticación del caballo a través de los tiempos han sido difíciles de desentrañar en un nivel molecular. dice Ludovic Orlando, profesor asociado en el Centro GeoGenetics, quien dirigió este estudio.
"La forma clásica para evaluar el impacto de la evolución de la domesticación consiste en comparar la información genética presente entre los animales salvajes y los de vida domestica. Este enfoque se adapta poco a los caballos, ya que la población superviviente de caballos salvajes ha experimentado un declive demográfico masivo en el siglo XX. Por lo tanto, decidimos secuenciar el genoma de caballos antiguos que vivieron antes de la domesticación para evaluar directamente cómo eran genéticamente los caballos predomesticados", explica.
Los recientes avances en la investigación del ADN antiguo han abierto la puerta para la reconstrucción de los genomas de individuos antiguos. En 2013, Ludovic Orlando y su equipo lograron decodificar el genoma de un caballo de unos 700.000 años de edad, que representa el genoma secuenciado más antiguo hasta la fecha. Esta vez, los investigadores se centraron en muestras de caballos mucho más recientes, que datan de hace entre 16.000 y 43.000 años. Estos fueron cuidadosamente seleccionados para ser anteriores sin ambigüedades al comienzo de la domesticación hace alrededor de 5.500 años. Los fósiles de huesos fueron excavados en la Península Taymyr, Rusia, donde las condiciones árticas favorecen la preservación de ADN.
LA REMODELACIÓN HUMANO DEL CABALLO
Mientras el caballo contribuyó a remodelar la civilización humana, los seres humanos propiciaron a su vez una nueva forma al caballo para satisfacer sus diversas necesidades y los diversos ambientes en que vivían. Esta transformación dejó firmas específicas en los genomas de los caballos modernos, que los antiguos genomas ayudaron a revelar.
Los científicos fueron capaces de detectar un conjunto de 125 genes candidatos que participan en una amplia gama de características físicas y de comportamiento, mediante la comparación de los genomas de los dos caballos antiguos con los de caballo de Przewalski y cinco razas de caballos domesticados.
Según Olrando, entre estos genes identificaron los que controlan el comportamiento animal y la respuesta al miedo. "Estos genes podrían haber sido la clave para convertir los animales salvajes en formas domesticadas más dóciles", asegura.
Sin embargo, la remodelación del genoma del caballo durante su domesticación también tuvo efectos negativos significativos. Esto fue evidente en el aumento de los niveles de endogamia que se encuentran entre los caballos domesticados, sino también a través de una mayor acumulación de mutaciones deletéreas en sus genomas relativos a los antiguos caballos salvajes.
@CIENCIAPLUS