MADRID, 21 May. (EUROPA PRESS) -
El Proyecto Djehuty, liderado por el CSIC, ha redescubierto una tumba de la dinastía XVIII del Antiguo Egipto (de hace unos 3.500 años) en la gran necrópolis de Luxor.
Se trata de un enterramiento de un Supervisor del Tesoro, llamado Djehuty-nefer, que vivió bajo el reinado de Tutmosis III.
Según ha explicado el coordinador del proyecto, José Manuel Galán, lo que se ha sacado a la luz es la fachada de adobe de la tumba, que imita a la de un palacio, y que está conservada en perfecto estado y con las improntas del sello con el nombre del difunto legible en los adobes.
La peculiaridad de esta tumba también reside en que fue descubierta en 1829 por los arqueólogos Champollion y Rosellini, pero, posteriormente, volvió a quedar enterrada hasta perderse. En este sentido, Galán ha explicado que estos sucesos son comunes y se deben a circunstancias tanto naturales como provocadas por el hombre.
Así, ha indicado que, además de posibles tormentas de arena y otros sucesos que pueden tapar una tumba de manera natural, cuando se lleva a cano una excavación se mueven escombros de un lugar a otro y, en algunos casos, así se ha producido el enterramiento de algunas tumbas.
Del mismo modo, el científico ha explicado que, aunque esta tumba fuera fotografiada con anterioridad, no había datos de sus coordenadas, de manera que se desconocía su lugar. Hoy en día, tras un trabajo de exploración, todo queda escrito en informes e, incluso, publicado, y los datos se comparten con la sociedad científica, pero antiguamente eso no se hacía. Galán ha explicado, por ejemplo, que en próximos años acabarán redescubriento otra tumba que se sabe que está en la zona, porque fue fotografiada hace años, pero tampoco se tienen datos científicos.
La tumba hallada de Djehuty-nefer está dentro de la gran necrópolis y puede ayudar a entender las razones por las que los altos dignatarios elegían un emplazamiento concreto para ubicar su monumento funerario. "En este caso, parece que Djehuty-nefer eligió estar junto a su predecesor Djehuty, ya que su tumba está justo encima y, aparentemente, no les unía ningún parentesco", ha explicado Galán.
"NUESTRO MONTORO"
A su juicio, algunas tumbas se agrupaban por cargos administrativos. En el caso de estos dos funcionarios, eran escribas, que era lo que entonces diferenciaba a todos los cargos del poder, y, además eran tesoreros del rey: "Como ahora nuestro Montoro", ha apuntado el experto.
Además, ha señalado que parte del dinero que se encargaba de administraba lo "desviaba" a la decoración de templos, ya que eran grandes amantes del arte. De hecho, los escribas solían buscar inspiración en monumentos de épocas anteriores y copiando los textos que más les llamaban la atención. "La estatua de Djehuty-nefer que se encuentra hoy en el museo de El Cairo tiene grabado el mismo himno al dios creador Amon que una de las paredes de su predecesor Djehuty", destaca el investigador del CSIC.
Este hallazgo se ha producido durante la XIV campaña de este proyecto, en la que también se han encontrado otras tumbas cuyos propietarios todavía están por identificar. Una de ellas fue expoliada en época antigua, pero han podido fecharla en la dinastía XIII (en torno al 1.700 antes de Cristo) por la numerosa cerámica hallada en su entrada.
En otra, a pesar de haber sufrido también un expolio, los investigadores ha hallado en perfecto estado dos arcos de 1,70 metros de longitud cada uno, con una cuerda todavía anudada en los extremos. Estaban acompañados de una veintena de flechas completas con la punta de sílex y un jarrito de alabastro envuelto en una tela.
RESTAURANDO HALLAZGOS ANTERIORES
Por otra parte, Galán ha recordado que sigue adelante el trabajo de restaurar el pasillo central de la tumba de Djehuty, sacando a la luz más grafiti escrito en demótico (del siglo II antes de Cristo), que alcanzan ya casi el medio centenar y que aluden a la reutilización de las tumbas para depositar momias de ibis y halcones. En la vecina tumba de Hery, han proseguido con el estudio de cientos de animales, fundamentalmente aves, que se inició hace dos campañas.
Del mismo modo, el ataúd antropomorfo y policromado de unpersonaje llamado Neb, que vivió en torno al año 1600 antes de Cristo, hacia finales de la dinastía XVII, ha sido totalmente restaurado y está listo para si traslado a la exposición en el Museo Luxo, aproximadamente a partir del próximo 8 de junio.
DOCUMENTAL 'EN BUSCA DE DJEHUTY'
Todo el trabajo del equipo del CSIC en los últimos 13 años ha sido recogido en un documental, 'En busca de Djehuty: entre momias, tumbas y jeroglíficos', que narra en 55 minutos los descubrimientos hecho en todos estos años. Según ha explicado uno de sus directores, Javier Trueba, ha explicado que se recogieron más de 120 horas de grabación y se dedicaron "meses", más de "1000 horas" a la postproducción.
Para Trueba, uno de los principales problemas de este proyecto era que Egipto es uno de los países más fotografiados y filmados de la historia, por lo que objetivo fue "mostrar algo distinto". En este sentido, ha señalado que "de la mano de José Manuel" y de la tumba del escriba, han podido "trasladar historia a la gente a través de los escritos". A su juicio, el documental es, ante todo, "honesto y didáctico".
"Hemos tenido la suerte de poder estar ahí en el momento del descubrimiento que le da al documental un valor frente al espectador más allá del entretenimiento, que es el documento científico, como algo que perdura en el tiempo", ha destacado.
Este documental también ha estado dirigido por José Latova, que ha destacado las dificultades que supone rodar rodeados de arena fina, calor y espacios pequeños, así como "el valor inmaterial" de la cinta. "Poder captar la emoción que supone abrir un ataúd por primera vez en miles de años", ha declarado.
La cinta será emitida próximamente en TVE, que ha financiado este proyecto, junto con la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (Fecyt) y Unión Fenosa Gas.