Muestra de arte rupestre en le cueva de Aurignac - FLICKR
MADRID, 16 Jun. (EUROPA PRESS) -
Presiones derivadas de una variabilidad climática y ambiental dramática durante cientos de miles de años en el periodo anterior a los humanos modernos, dieron forma a nuestra evolución como especie.
Una nueva investigación publicada en el Cambridge Archaeological Journal propone una nueva teoría de la evolución cognitiva humana titulada 'Cognición complementaria' que sugiere que al adaptarse a variabilidades ambientales y climáticas dramáticas, nuestros antepasados evolucionaron para especializarse en formas de pensar diferentes, pero complementarias.
La autora principal, la doctora Helen Taylor, investigadora asociada de la Universidad de Strathclyde y académica afiliada del Instituto McDonald de Investigación Arqueológica de la Universidad de Cambridge, explicó: "Este sistema de cognición complementaria funciona de manera similar a la evolución a nivel genético pero en lugar de la adaptación física subyacente, puede ser la base de la inmensa capacidad de nuestra especie para crear adaptaciones de comportamiento, culturales y tecnológicas. Proporciona información sobre la evolución de adaptaciones exclusivamente humanas como el lenguaje, lo que sugiere que esto evolucionó en concierto con la especialización en la cognición humana".
La teoría de la cognición complementaria propone que nuestra especie se adapte cooperativamente y evolucione culturalmente a través de un sistema de búsqueda cognitiva colectiva junto con la búsqueda genética que permite la adaptación fenotípica (la teoría de la evolución de Darwin a través de la selección natural puede interpretarse como un proceso de 'búsqueda') y búsqueda cognitiva que permite la adaptación conductual.
El doctor Taylor continuó: "Cada uno de estos sistemas de búsqueda es esencialmente una forma de adaptarse utilizando una combinación de aprovechar y explotar soluciones pasadas y explorar para actualizarlas; como consecuencia, vemos una evolución en esas soluciones a lo largo del tiempo. Esta es la primera estudio para explorar la noción de que los miembros individuales de nuestra especie están especializados neurocognitivamente en estrategias de búsqueda cognitiva complementarias".
La cognición complementaria podría estar en el centro de la explicación del nivel excepcional de adaptación cultural en nuestra especie y proporciona un marco explicativo para el surgimiento del lenguaje. Se puede considerar que el lenguaje evoluciona como un medio para facilitar la búsqueda cooperativa y como un mecanismo de herencia para compartir los resultados más complejos de la búsqueda cognitiva complementaria. El lenguaje se considera una parte integral del sistema de cognición complementaria.
La teoría de la cognición complementaria reúne observaciones de disciplinas dispares, mostrando que pueden verse como varias caras del mismo fenómeno subyacente.
"Por ejemplo, una forma de cognición que actualmente se considera un trastorno, la dislexia, se muestra como una especialización neurocognitiva cuya naturaleza, a su vez, predice que nuestra especie evolucionó en un entorno muy variable. Esto concuerda con las conclusiones de muchos otras disciplinas, incluida la evidencia paleoarqueológica, que confirma que el crisol de la evolución de nuestra especie fue muy variable", explicó Taylor.
Al mismo tiempo, esto también puede proporcionar información para comprender el tipo de evolución cultural acumulativa que se observa en nuestra especie. La especialización en estrategias de búsqueda complementarias y la adaptación cooperativa habría aumentado enormemente la capacidad de los grupos humanos para producir conocimiento adaptativo, permitiéndonos adaptarnos continuamente a condiciones altamente variables. Pero en períodos de mayor estabilidad y abundancia, cuando el conocimiento adaptativo no se volvió obsoleto a tal ritmo, se habría acumulado, y como tal, la Cognición Complementaria también puede ser un factor clave para explicar la evolución cultural acumulativa.
La cognición complementaria nos ha permitido adaptarnos a diferentes entornos y puede estar en el corazón del éxito de nuestra especie, permitiéndonos adaptarnos mucho más rápido y más eficazmente que cualquier otro organismo altamente complejo. Sin embargo, esta también puede ser la mayor vulnerabilidad de nuestra especie.
"El impacto de la actividad humana en el medio ambiente es el ejemplo más urgente y contundente de esto. El desafío de colaborar y adaptarse cooperativamente a escala crea muchas dificultades y es posible que, sin saberlo, hayamos establecido una serie de sistemas culturales y prácticas, particularmente en educación, que están socavando nuestra capacidad de adaptación. Estas limitaciones autoimpuestas interrumpen nuestra capacidad de búsqueda cognitiva complementaria y pueden restringir nuestra capacidad para encontrar y actuar sobre soluciones innovadoras y creativas".
"La cognición complementaria debe verse como un punto de partida para explorar un área rica de la evolución humana y como una herramienta valiosa para ayudar a crear una sociedad adaptativa y sostenible. Nuestra especie puede deber nuestros espectaculares logros tecnológicos y culturales a la especialización neurocognitiva y la búsqueda cognitiva cooperativa, pero nuestro éxito adaptativo hasta ahora puede desmentir la importancia de lograr un equilibrio de enfoques. Si este sistema se vuelve inadaptado, rápidamente puede conducir a fallas igualmente espectaculares para adaptarse, y para sobrevivir, es fundamental que este sistema sea explorado y comprendido más", concluye el investigador.