MADRID, 6 Abr. (EUROPA PRESS) -
Restos de una deposición masiva de excrementos de animales hace más de 2.000 años descubiertos en un paso alpino, han resuelto el enigma de por dónde cruzó Aníbal esta cordillera para atacar Roma.
Usando una combinación de análisis de metagenoma microbiano, química ambiental, investigación geomorfológico y edafológica, análisis del polen y varias otras técnicas geofísicas, los investigadores han datado este evento cerca del Col de Traversette, en el año 218 antes de Cristo.
El logro corresponde a un equipo de mcirobiólogos de las universidades de York en Canadá y Queen Mary de Belfast, y dan respuesta a uno de los mayores enigmas de la historia antigua.
Aníbal fue comandante en jefe del ejército cartaginés durante la Segunda Guerra Púnica con Roma (218-201 aC). Se sabe que llevó a sus tropas (treinta mil hombres, treinta y siete elefantes y más de quince mil caballos y mulas) a través de los Alpes para invadir Italia y doblegar al ejército roman.
Aunque el gran general fue finalmente derrotado en Zama en el 202 antes de Cristo, esta campaña está considerada hoy en día como uno de los mejores esfuerzos militares de la antigüedad, ya que tuvo que pasar de África a la Península Ibérica, la actual Francia y cruzar los Alpes para acceder al corazón de Roma, que dominaba el mar.
Durante más de dos mil años, los historiadores, los estadistas y académicos han argumentado sobre la ruta que llevó a Aníbal a través de los Alpes. Hasta ahora, no hay evidencia arqueológica sólida. Sin embargo, el estudio publicado en la revista Archaeometry por el equipo dirigido por el profesor Bill Mahaney (Universidad de York, Toronto), han proporcionado finalmente pruebas sólidas de la ruta de tránsito más probable que tomaron las fuerzas de Aníbal por los Alpes.
Se trata del Col de Traversette (de unos 3.000 metros de altura). Este punto de cruce fue propuesto por primera vez hace más de medio siglo por el biólogo y pensador Sir Gavin de Beer, pero no había sido ampliamente aceptado por la comunidad académica.
"El depósito de excrementos se encuentra dentro de una masa batida de un metro de espesor de lodo aluvial, producido por el movimiento constante de miles de animales y seres humanos. Más del 70 por ciento de los microbios en el estiércol de caballo son de un grupo conocido como los clostridios, que son muy estables en el suelo y sobreviven durante miles de años. Hemos encontrado evidencia científicamente significativa de una firma genética microbiana que data de la época de la invasión púnica", declaró Chris Allen, coautor del estudio y experto de la universidad Queen Mary de Belfast..